Anteriormente he comentado la dificultad y genialidad de sostener amistades a larga distancia. En aquella entrada mencioné a una persona sobre quien debía alargar mis impresiones, pues sólo le dediqué un párrafo y merece mucho más que eso. Además necesito escribirlo previo a enero, pues pronto dejará de vivir en otro estado para regresar a esta ciudad que tanto lo extraña.
Jean Charles rockea. Nunca me hubiera imaginado que una anexión a equipo pudiera ser tan prolífica (una anexión involuntaria, porque tener equipos buenos aunque no los conozcas, también me ha pasado, este semestre, de hecho). Un día llegó el profesor de Literatura Hispanoamericana y dijo levanten la mano los que son equipos de dos... ¿ustedes? bueno ahora levante la mano quien no tenga equipo... tú, vas a trabajar con ellas. Gaby y yo nos volteamos a ver con cara de "qué diablos..." y sólo nos fijamos en que el individuo anexado se sentaba al fondo del salón (bueno, pasando la cuarta fila). Al terminar la clase, individuo anexado se acercó a nosotras e intercambiamos direcciones. Esa noche nos agregamos a messenger y comenzamos a platicar. Lo único que recordaba sobre él eran un pin del Sargento Pimienta y un parche de Pink Floyd en su mochila. Cuando me di cuenta llevaba hablando con el individuo anexado (cuyo nombre es Juan Carlos) toda la noche. Encajamos de inmediato. Un poco como sucedió con Tirzo (Oni san), la relación con Jean Charles creció vía electrónica, pues nos veíamos muy poco en la vida real; unas semanas después, el dude se cambió de lugar para sentarnos juntos en Literatura. Tengo dos palabras para el resto del semestre con él: fucking amazing.
¿Qué puedo decir? Geeksón, fan de Alan Moore, rock clásico, relajado, inteligente, pro. Ya lo dije, fucking amazing. Sucede que así continuamos hablando y construyendo una amistad. Hasta vino a mi cumpleaños... llegó a las 4am y le pagué el taxi, pero llegó. La vida, sin embargo, tenía otros planes. Mi nuevo querido amigo tuvo que regresar a Chihuahua (venía de allá) y se quedó durante un año. No lo he visto físicamente desde el 7 de enero de este año. Se dio una vuelta por el DF justo el fin de semana del 14 de febrero e iríamos a ver un partido de Pumas a CU (qué les digo, nadie es perfecto), pero yo no pude. Hablamos casi todos los días por messenger, de repente un skypazo, la recurrente llamada telefónica (maldita larga distancia cara), mensajes de texto, conexión telepática, etcétera. Pero una vez más, la vida hace lo que le da la gana y dentro de unas semanas, volveré a abrazar a mi amigo, por un buen rato.
Es fascinante cómo alguien a quien nunca habías visto puede convertirse en una persona tan cercana y tan importante... :) esos 1445km cada vez se sienten más cercanos.
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