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lunes, febrero 15, 2016

Lo que vi el fin de semana: Creed y Tarantino

En este fin de semana papal, procuré pasar el mayor tiempo posible lejos de avenidas principales y del caos en el que pensaba se sumiría la ciudad ante la llegada de Francisco a México. Al final, creo que no fue tan caótico el Papocalipsis, pero igual aproveché para ponerme al corriente con algunas películas que no había ido a ver al cine.

Parte de mi trabajo, como han notado, involucra ir por la vida viendo películas y escribiendo sobre ellas. Sin embargo, todo lo demás que hago en mi trabajo suele impedirme ir a ver *todas* las películas que quiero. Entre eso y un carrusel de "Yo me enfermo / mi novio se enferma", pasé casi un mes sin darme una vuelta para ver películas en el cine. Así que lo remediamos este fin de semana y nos aventamos 4 películas en 3 días: Carol, Deadpool, Creed, y The Hateful Eight.

Carol (Dir. Todd Haynes): Había gente en la sala que creía haber entrado a ver una comedia romántica para celebrar el Día de San Valentín. Les doy crédito por quedarse a ver un drama sobre una pareja homosexual en los años cincuenta. Me encanta esta película, adoré a Rooney Mara, me fascina su música... en fin. En Gatopardo está mi reseña de Carol.


Deadpool (Dir. Tim Miller): En Estados Unidos fue clasificación R (los menores de 17 años deberán asistir acompañados de un adulto), en México fueron menos estrictos y le pusieron B15 (apta para espectadores de 15 años en adelante, no restrictiva). A la mera hora, en la sala donde la vi (Cinemex CNA) había niños de entre 8 y 10 años (#parentingdonewhatever). Mi reseña de Deadpool pueden leerla en La Hora Libre.



Creed (Dir. Ryan Coogler): Amé esta película. Ryan Coogler es un excelente director que merece mayor reconocimiento de la Academia. Después de ver esta cinta, no puedo creer que no esté nominado este año. Michael B. Jordan (Donnie Johnson) es el perfecto héroe de la nueva parte de la franquicia, además de un actor flexible, determinado y carismático. Me impresiona que la única nominación de Creed sea la del propio Stallone (que es fantástico y conoce a su personaje como nadie jamás a conocido a un personaje), no por falta de mérito del veterano actor, sino por todos los detalles y elementos que hacen de Creed una de las mejores cintas del 2015.


El asunto con Creed es que no sólo funciona para pasar la estafeta de una franquicia querida por el público, sino que funciona como drama deportivo y como historia inspiracional. De acuerdo con los medios, Sylvester Stallone no tenía ganas de retomar a Rocky después de las medianas críticas de Rocky Balboa (2006); sentía que el personaje no podía dar algo más y que ese capítulo de su carrera ya se había cerrado. Sin embargo, el joven californiano Ryan Coogler (a quien entrevisté en Guanajuato hace algunos años) le ofreció una historia que podría continuar el legado del boxeador sin poner en riesgo de sobreexposición al personaje. Coogler claramente convenció a Sly y produjeron la primera película de Rocky que no es dirigida ni escrita por el actor de origen italiano.

No hay elementos flojos en la película. La música de Ludwig Göransson (con quien Coogler trabajó en Fruitvale Station, su debut cinematográfico) respeta el legado de Bill Conti (y utiliza "Gonna Fly Now" de manera épica en un par de ocasiones) pero agrega algo de hip hop más dinámico a esta banda sonora. Además, Göransson trabajó con Tessa Thompson (quien interpreta a Bianca, el interés amoroso de Donnie) para crear las canciones que ella interpreta en su rol de cantante en Creed. La fotografía de Maryse Alberti (The Wrestler) muestra el mundo del boxeo en todo su esplendor. Y el guión, de Coogler y Aaron Covington, construye una historia entrañable sobre relaciones filiales, la lucha para alcanzar los sueños y el dilema eterno de ¿qué define a un hombre: su origen o las decisiones que toma?

Creed fue la segunda película de mi sábado, terminando la función casi a la medianoche. En la sala, casi llena, se sentía una atmósfera casi festiva. No por el 14 de febrero, que estaba a unos minutos de distancia, sino porque una excelente película consiguió involucrarnos tanto con sus personajes que, durante la pelea climática, el público aplaudía y exclamaba como si estuviesen viendo un duelo real entre boxeadores del Consejo Mundial de Boxeo. Éste es, a penas, el segundo largometraje de Ryan Coogler. Su siguiente proyecto será el blockbuster de superhéroes Black Panther (2018). No puedo esperar a ver más cine de este director.


The Hateful Eight (Dir. Quentin Tarantino): Salí decepcionada. No sé si mis expectativas estaban muy altas por ser Tarantino, o si ver tres excelentes películas en días anteriores me hizo esperar mucho de ésta. No es mala, definitivamente. Pero tampoco es buena. No resalta favorablemente entre la filmografía de Tarantino. Ninguna actuación es particularmente chida, excepto quizá la de Jennifer Jason Leigh, por soportar toda la película cubierta de sangre y pedazos de gente; además de tolerar tres horas de "¡Miren! ¡Estoy tan a favor de la equidad entre géneros que vamos a golpear, insultar y patear a esta mujer AUNQUE sea mujer! ¡Y vamos a decirlo para que les quede claro!". Y por todos los dioses, ya entendimos, Quentin, te gusta decir "nigger" y "bastards". ¡Busca nuevas palabras! ¡Toma un diccionario! Si no la han visto y les gusta el cine de Tarantino, denle una oportunidad. Si no son tan fans... pues mejor vean Perros de reserva dos veces seguidas, será mucho más enriquecedor e interesante.


Cada fin de semana veo al menos 1 película que nunca he visto, así que tal vez haga de este "Lo que vi el fin de semana" una cosa frecuente.

miércoles, febrero 03, 2016

Morelia, Chicago, libros y música (y Packers)

¡Hace ya un par de meses que no publico por acá! Este año me esforzaré más por mantener vivo este espacio, con reseñas, tutoriales, selecciones de textos publicados en otros medios y demás. Empiezo mi 2016 retomando algunos artículos y entrevistas que he publicado recientemente.


Festival Internacional de Cine de Morelia 2015
En 2015 viví mi primer Morelia. Fue sensacional. Acá les dejo lo más relevante de la cobertura que hice para Gatopardo.

La falibilidad de la memoria
Durante el FICM vi una buena cantidad de películas mexicanas (no las suficientes, siempre hacen falta más) y una de las que más me impresionó fue Monstruo de mil cabezas, de Rodrigo Plá (La zona). Tuve la oportunidad de platicar con él y con la guionista Laura Santullo sobre esta cinta.

Juventudes mexicanas
"Sopladora de hojas" fue mi favorita de los estrenos mexicanos del festival. Es sencilla, anecdótica y juega dentro de uno de los géneros que más me gusta disfrutar en pantalla: las coming-of-age movies. Aquí reseño esta cinta de Alejandro Iglesias Mendizábal y también me ocupo de Los herederos, otra cinta sobre adolescentes, con un giro completamente distinto.

Cine gótico old school
Amé Crimson Peak. No sólo porque visité el set y vi parte de la filmación (aunque ese factor ayudó), sino porque es una carta de amor a un género que el cine tiene abandonado y porque es un festín visual. En esta reseña lo explico más a profundidad.

El tour de Frears
El cineasta británico Stephen Frears estrenó en Morelia su película The Program, sobre la polémica alrededor del dopaje del ciclista Lance Armstrong que lo llevó a que le quitaran sus victorias del Tour de France. Además sale Chris O'Dowd y lo amo. Entrevisté a Frears en el FICM y fui infinitamente feliz.

Cantet y La Habana
Otra película que me gustó mucho en esta edición del FICM fue Regreso a Ítaca, del francés Laurent Cantet. Esta película cuenta la historia de un grupo de amigos que se encuentran una noche para cenar, recordar su juventud y resolver viejos conflictos. Una delicia entrevistar a este señor.

Un manifiesto cinematográfico
Aunque se publicó algunos meses más tarde, esta entrevista con Peter Greenaway (el director de cine que lleva 20 años diciendo que el cine está muerto) la realicé durante el FICM, por su película Eisenstein en Guanajuato. Aunque en algún momento pareció regañarme, para el final el señor Greenaway dijo que soy "una muchachita lista". Así que si Greenaway lo dice... porque obvio el cine sí sigue muerto, ¿no?

Y en otros temas...

Además del FICM, he escrito sobre otras cosas... la mayoría relacionadas con cine, libros y música. También un poco de futbol americano.

En la carretera con Nick Cave
El año pasado leí y reseñé La canción de la bolsa para el mareo, novela/poesía escrita por Nick Cave y publicada por Sexto Piso. Para este artículo tuve la oportunidad de entrevistar por correo electrónico a Francis Bickmore, editor de Cave en Canongate Books, la editorial británica que publicó el original.

El sabor de Chicago
Amo Chicago. Adoro esa ciudad y muchas de las cosas relacionadas con ella. Como su cerveza. A finales de 2015, Goose Island (mi cerveza favorita en la vida) llegó a México y por azares del trabajo terminé escribiendo sobre ella.

La teoría de los conjuntos
Una de las entrevistas más interesantes del año pasado: Verónica Gerber Bicecci es una autora interesante que conjuga lo visual con la literatura. Su novela Conjunto vacío me gustó mucho y en este artículo hablo sobre el libro y sobre ella.

Bálsamo navideño
Aunque la coyuntura de esta entrevista fue muy específica (una semana durante vacaciones de Navidad), fue gratificante conversar con el maestro Carlos Spierer, director huésped de la Orquesta Sinfónica de Minería, acerca de su concierto navideño y de qué significa la música para él.

El periodismo y la trascendencia
Mi película favorita de entre las nominadas al Oscar es Spotlight. Me traumé con ella y la vi 2 veces en el cine. Tiene todo: grandes actuaciones, historia basada en hechos reales, periodistas periodisteando y justicia. En esta reseña los invito a verla – aunque duró poquito en cines mexicanos. (Y a una de las protagonistas le gustó mi reseña, no joke).

Reportero de largo aliento
Rara vez me toca entrevistar a alguien con quien convivo a nivel profesional pero que también admiro mucho. A finales del año pasado platiqué con el Señor Periodista Diego Enrique Osorno acerca del libro que escribió sobre Carlos Slim. Y Diego Enrique es genial. Y su libro es muy bueno. Y la charla también estuvo chida.

Una tormenta musical
Hace unos días platiqué por teléfono con Storm Large, vocalista de Pink Martini, con pretexto de su próxima visita a México. Habló sobre lo que significa la música para ella, sobre la esperanza como droga y sobre Lou Reed.

NFL - Green Bay Packers

Todavía escribo de vez en cuando para NFLFemale.com. Sólo he estado ocupada. Pero durante estos meses de poca actividad, escribiré más sobre mi equipo favorito. Mientras tanto, les dejo mi carta abierta a los Packers, donde les suplico se pongan las pilas en el futuro. La escribí cerca del final de la temporada regular, pero creo que algunos puntos aplican todavía.

Por ahora, es todo... lo siguiente, creo, será un tutorial de costura. O algo parecido. :D

Over and out.

miércoles, noviembre 18, 2015

Reseña: "Di su nombre", de Francisco Goldman

Sobre uno de los libros más bellos que he leído en el último año, aunque me tomó meses terminarlo.

La primera vez que leí el nombre de Francisco Goldman fue en la versión impresa de noviembre de 2012 de Gatopardo, revista donde pronto cumpliré 5 años trabajando. Acabábamos de publicar un adelanto de Di su nombre, la novela en la que Goldman rinde homenaje a su esposa, la fallecida escritora Aura Estrada y era mi trabajo cargar el contenido en el sitio web de la revista. Generalmente leo con cuidado cada texto que subimos, pues nunca falta el trozo de texto que se convierte en código o el dedazo que se le escapó a alguien. Pero esa ocasión fue distinta: hubo algo en la prosa de Goldman que me atrapó y quedé obsesionada con conseguir la novela para leerla completa.


Por alguna razón azarosa (probablemente que el libro, publicado por Sexto Piso, era caro), tardé al menos un par de años en comprarlo en la librería Rosario Castellanos del FCE que me queda de camino al Metro cuando voy de regreso a casa, después de trabajar. Una noche se me ocurrió entrar a la librería y ahí estaba, entre otros volúmenes del mueble dedicado a dicha editorial. No lo pensé más y me lo llevé. Empecé a leerlo camino a casa y, como intuí en 2012, la prosa me atrapó y no pude despegar los ojos del libro en un par de días.

Pero entonces algo sucedió. Me di cuenta de que estaba pasando por días muy tristes, sin saber por qué. Me subía al metro en la mañana, viajaba al trabajo leyendo Di su nombre, y para cuando llegaba a la oficina sentía una nube negra encima de mí. Me tomó unos días entender que ERA POR EL LIBRO. Esta novela de Francisco Goldman está impecablemente escrita y su prosa fluye sin obstáculos en su narrativa no cronológica. A veces abres una página y estás con Aura en Nueva York, pero un par de páginas después estás con Francisco en el departamento vacío, después de la muerte de ella. Si este libro fuera una habitación, sería un velorio perpetuo dentro de una funeraria muy bonita, pero muy triste.

Ni siquiera los recuerdos felices que Goldman evoca pueden hacer que te alegres por ellos, ya que desde la primera página conoces el final de esta historia: Aura está muerta y nada de lo que haga Francisco la traerá de vuelta. Pasas por cada página con el corazón estrujado por el duelo y las malas decisiones del narrador. Lees sobre su amor por Aura, sobre su matrimonio trunco, sobre la locura de su suegra... y todo te va sofocando un poquito más. Hasta que ya no quieres seguir leyendo. Y dejé el libro a un lado por casi medio año.

Hasta que me robaron mi iPod en un museo bonito en la Ciudad de México. Me quedé sin compañero de traslados y empecé a buscar entre mis libros cuáles estaban inconclusos por cualquier razón. Ahí estaba, debajo de una pila de ficción estadounidense, asomándose con su mirada chispeante, Aura Estrada. Decidí que era un buen momento, parcialmente porque estaba triste y quería leer algo que me dejara disfrutar de esa tristeza y parcialmente porque decidí que era el momento de terminarlo. Me lo guardé en la mochila y, tras otro par de días, cerraba por fin la novela, con una sensación similar, supongo, a esa aceptación por la que se pasa en las etapas del duelo.

Di su nombre no es un libro normal. Es una novela que, de atraparte, succiona un poco tu alegría interna, pero te regala una cantidad considerable de buena prosa. Se transforma en una experiencia sensorial en la que te conviertes un poco en la sombra de su narrador: te duele lo que a él, te entristece y te enoja lo que lo entristece y enoja a él. Al final, cuando descubres que has pasado por todas las etapas del duelo, cuando llegas a ese clímax en el que Francisco revive los últimos días con Aura, y vives con él hasta el último instante de su proceso de sanación, respiras profundo y enfrentas la ola, que te deposita, gentilmente, en una playa donde todo es más brillante y donde se respira tranquilidad. Cierras el libro y sigues adelante, apreciando un poquito más hasta las hojas que el otoño va tirando de los árboles a tu paso.

Di su nombre
Francisco Goldman
Sexto Piso, 2012

lunes, abril 27, 2015

Conversaciones con gente chida: House of Cards, BEF, Monocordio y Oscar Isaac


He estado ocupada este último par de meses con algunos textos y entrevistas con gente que encuentro fascinante. Si les gusta la TV, el cine, los cómics, los libros y/o la música, en este post encontrarán algo para ustedes.


"Los ritmos de David Byrne" - Reseña del libro Cómo funciona la música, publicado en español por Sexto Piso. Básicamente, expongo mis razones para no perderse esta brillante pieza de literatura sobre las funciones y funcionamiento de la música.

"El hombre detrás del poder" - Entrevisté al actor estadounidense Mike Kelly, uno de los protagonistas de la súper exitosa serie de Netflix House of Cards. Es un individuo muy interesante y encantador.

"William Burroughs a dos tintas" - Bernardo Fernández BEF es uno de los escritores jóvenes más talentosos de México. Tuve la oportunidad de entrevistarlo acerca de Uncle Bill, su novela gráfica basada en la vida de William Burroughs (y un poco en la vida del mismo BEF). Ha sido una de mis entrevistas favoritas desde que empecé a escribir para Gatopardo.

"Juego de letra y música" - La primera entrevista que hice como estudiante de periodismo fue a Fernando Rivera Calderón, en una visita que hizo al Tec CCM. Fue una experiencia espantosa porque estaba en pánico y lo arruiné. Afortunadamente, hace unas semanas enmendé esa memoria con una nueva oportunidad: entrevisté a Fernando y a su colega Alonso Arreola sobre la nueva etapa de Monocordio, que se presentó el 17 de abril en el Lunario. Estos dos son unos genios.

"El éxito según Chivas Regal" - Como saben, lo mío es más la cultura y el entretenimiento, pero a veces escribo textos de estilo de vida que también me gustan mucho. Si además combinan bien con mis fandoms... ¡mejor! Hace un par de meses entrevisté a Oscar Isaac, el actor estadounidense-guatemalteco que protagoniza la nueva película de Star Wars, The Force Awakens. ¡ESTRECHÉ UNA MANO QUE MANEJÓ UN X-WING!

"La soledad acompañada" - Me gusta el cine mexicano cuando no son comedias de pastelazo y cuando no son mega pretenciosas. Y me gusta ayudar a difundir proyectos que, aunque tal vez no son perfectos, pueden aportarle algo a alguien o me movieron de alguna manera cuando las experimenté. Eso me pasó con LuTo, ópera prima de Katina Medina Mora, a quien entrevisté antes del estreno de la película en Cineteca Nacional.

En las próximas semanas publicaré más textos sobre temas diversos: incluso publicaré algo sobre el Fashion Week México. Quién me viera.

¡Ojalá les guste algo de lo que comparto!

lunes, marzo 23, 2015

Así cubrí el Festival Internacional de Cine en Guadalajara 2015

Reportear es mi parte favorita del periodismo, especialmente si se trata de los temas que más disfruto: el cine, la música, los libros. De entre todas las oportunidades de practicar esa parte de mi profesión, es probable que la que más me gusta sea cubrir festivales de cine. ¿Por qué? Tienen un poco de todo: veo a mis amigos y colegas, aprendo de ellos, veo muchas películas, asisto a conferencias y ruedas de prensa con personajes que están detrás de la cámara, construyendo esos mundos a los que nos acercamos con luces apagadas y mirada atenta. Un poco de todo.

Este año fui por primera vez al Festival Internacional de Cine en Guadalajara, era su edición 30 y no sabía muy bien qué esperar. Afortunadamente, mis estimados Nancy, Ulises, Christian, Arturo, John, Jim y Stivi estuvieron ahí para resolver dudas, acompañarme en las horas de redacción y, en general, vivir conmigo este debut de festival tapatío.



El resultado de esta aventura festivalera fue mi cobertura para Gatopardo.com. Pueden leerla completa aquí:

FICG 30 (Parte 1): Sobre la clase magistral del guionista Jaime Humberto Hermosillo y la rueda de prensa de Martín Hernández, sonidista nominado al Oscar 2015 por su trabajo en Birdman.

FICG30 (Parte 2): Sobre la inauguración del Festival y la más reciente película del cineasta italiano Bernardo Bertolucci: Io e te (2012).

FICG 30 (Parte 3): Sobre Ixcanul (2014), cinta guatemalteca ganadora en la Berlinale y que se llevaría también varios galardones en este edición del FICG, incluyendo Mejor Película Iberoamericana.

FICG 30 (Parte 4): Sobre 600 millas (2014), debut cinematográfico de Gabriel Ripstein y película ganadora también en el Festival de Cine de Berlín y el FICG.

FICG 30 (Parte 5): Sobre La delgada línea amarilla (2014), ópera prima de Celso García, producida por Bertha Navarro, Alejandro Springall y Guillermo del Toro.

FICG 30 (Parte 6): Ganadores del Festival y presentación del país invitado para el próximo año.

BONUS: "Más cine para Guanajuato", durante el FICG tuvimos la oportunidad de conversar con Sarah Hoch, directora del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, acerca del estado actual del cine mexicano y sobre la convocatoria del concurso de guión del GIFF.

¿Qué me llevo de esta experiencia?

  • La necesidad de mejorar mis habilidades fotográficas, porque olvidé un poco ese aspecto de la cobertura.
  • Diversificar mis objetivos: encontrar un balance entre ver más cine y cubrir más conferencias y eventos especiales.
  • En tiempos de festival, me apellido como el nombre del medio que represento.
  • Muchas ganas de seguir apoyando a la industria cinematográfica mexicana.
  • Amistades entrañables con algunas de las personas a las que admiro de este gremio.
¡Más cine, por favor!

viernes, septiembre 26, 2014

Riot Fest 2014 (Post Mortem)

Del mejor festival de música al que he ido, la comunidad punk y dulce, dulce Chicago.

Siempre intento recapitular estas cosas en escrito y nunca termino de hacerlo. A veces cuento la historia tantas veces en vivo que pierdo todo impulso de narrarla en texto. Pero esta vez tengo que hacer el esfuerzo. Riot Fest 2014 es, sin duda, el festival de música mejor organizado y más satisfactorio al que he asistido en toda mi vida. Años de Vive Latino y Corona Capital (entre muchos otros menos frecuentes) no preparan para la maravilla de un festival como éste. Sentí algo similar con la Comic Con de San Diego en 2012: años y años de La Mole, TNT y demás expos medio funcionales no preparan para la maravilla de un evento de esa magnitud. Riot Fest es el paraíso del punk. Ahora les explico por qué.


  • La gente. La comunidad punk es una de las más amables y buena onda. Había de todo: parejas mayores con cabellos largos y brazos tatuados; preparatorianos emocionados y llenos de energía; jóvenes adultos cubiertos de tatuajes, mohawks y estoperoles; jóvenes adultos con ropa casual y una sonrisa en los labios; familias enteras (papá, mamá, hijos, abuelos, tíos) que iban de escenario en escenario, alternando las bandas de cada generación; bebés con pequeños mohawks, pequeños chalecos de parches y grandes audífonos protectores. En ningún otro festival o evento masivo (tal vez sólo en la Comic Con) he visto un público tan amplio. Y todos se ayudaban entre sí. Nadie se metía a golpes hasta las primeras filas. Escuché cientos de "Excuse me", "I'm just trying to get to the front", "Oh, I'm sorry"; si empezaba un mosh pit, los hombres de alrededor se plantaban en el perímetro del círculo para regresar a los punks al centro del pit. Hice "amigos de festival" (con los que ves una banda y tal vez hasta te acompañan a esperarlos para comprar el disco detrás del escenario). Conversé con los integrantes de una de las bandas por las que fui (Rose's Pawn Shop). La creatividad estaba en todos lados: la ropa, el cabello, las formas de expresión de fanatismo. Y excepto por el ácido momento en que un guardia de seguridad sacó a tres hombres que compartían un baño, no me tocó ver actos violentos ni vandálicos.
  • La organización. Humboldt es un parque enorme y aunque el 50% de su terreno estuvo muy bien aprovechado, hubo otro 50% que se quedó ahí olvidado. Los escenarios estaban, en su mayoría, bien ubicados y perfectamente organizados: las bandas no chocaban entre sí y no era difícil llegar a ellos (excepto Revolt, que estaba muy escondido, y Rock, que estaba al otro lado de una loma que se convirtió en lodazal). Nadie se atrasaba ni cinco minutos, porque si tu soundcheck fue lento, son 10 minutos menos de tu set, no del de la siguiente banda. Hubo un par de incidentes el sábado 13: a The Flaming Lips se les fue la luz apenas entrados en su set y The National llegó tarde. Oh, y el ingeniero del Revolt Stage tenía algunos problemas para ecualizar a las bandas: lo sufrió Rose's Pawn Shop y un poco, más tarde, Jessica Hernández and the Deltas. La comida estaba ubicada en dos lugares más o menos accesibles, excepto a la hora de comer, pues las líneas de espera impedían el paso de los transeúntes. Santos embotellamientos, Batman. Nunca he usado baños públicos tan limpios como los de estos tres días. Los baños del metro de la Ciudad de México no están tan limpios como los de este festival... y eran baños móviles, en un festival de punk.
  • La selección de bandas. La página oficial del Riot Fest dice "Somos fans antes que nada, y nuestra meta siempre ha sido organizar shows inolvidables" y "1 parte Bouncing Souls, 1 parte Descendents, 2 partes radio universitaria cuando importaba, 3 partes Vanilla Blue, 1 parte comida procesada, y 12 partes lo que sea que encuentres en nuestro Sony Walkman". Es regla en este festival tener una base punk (en personalidad y en actitud), para que entre en el lineup la música que le gusta a los organizadores. No andan haciéndole al "vamos a traer a las bandas más cool para vender más caros los boletos" ni al "que no haya bandas locales porque qué oso". Si a esta gente le gusta el hip hop, traen a Wu Tang Clan. Y traen a la psicodelia de los Flaming Lips. Y a The Cure porque tienen emociones y crecieron en los ochenta. No es un festival de hacerle al "Soy tan genial por haber venido a ver a estas bandas tan geniales y ahora tejeré unas flores en mi mostacho irónico mientras bebo chai". Es un festival de "¿Te acuerdas cuando saltabas por la sala gritando 'Uno, dos, tres, cuatro, cinco, cinco, seis'? ¿Te acuerdas de esos días cuando aprendiste qué significa 'straight edge'? ¿Te acuerdas de esa vez cuando te decoloraste el cabello, lo hiciste todo mal y pasaste un mes con media cabeza rosa chicle? Oh, sí... vamos a hacerlo todo de nuevo". Es la historia del punk cantando frente a tus ojos. Vi a los freaking Buzzcocks, for fuck's sake!
  • El clima. Por un par de días dejé de confiar en AccuWeather. Esa aplicación me dijo que mi fin de semana en Chicago sería hermoso y soleado. ¡Mentira! El viernes 12 llovió desde las 9am hasta las 11pm y eso afectó terminantemente al resto del fin de semana. Tenía pensado usar converse todo el festival y llevaba mis botas sólo para el aeropuerto (son excelentes para viajar). Mis botas fueron aniquiladas por tres días de correr entre pantanos de lodo y asfalto húmedo. Y ni me pregunten por las pobres chicas que llevaban flats o toms. Sábado y domingo fueron soleados y más o menos cálidos, pero el viernes... debo admitir que como experiencia fue fantástico. Sobreviví, básicamente, gracias a la camisa de franela que me prestó Memo (¡mi novio!) antes de salir del DF. Lo mejor del lodo son las anécdotas: la gente cayendo, el señor que derrapó un camellón a lo ancho y cayó de pie en el asfalto, el tipo que creíamos ebrio y en realidad trastabillaba intentando mantenerse en pie... y el hecho de que, tras un día de baños de lodo, éste se endureció en la suela de mis botas y éstas no volvieron a filtrar agua. Hay pocas sensaciones comparables con estar parado bajo la llovizna, con el puño en alto y coreando una gran canción. Es el tipo de recuerdo que perdura. 


Frank Iero and the Cellabration


Rose's Pawn Shop y yo (y "amigos de festival")


Jessica Hernandez and the Deltas


The Bouncing Souls


The Cure

Mis bandas favoritas del Riot Fest.
Este festival también es carnaval y feria. Según yo, tendría tiempo de subirme a los juegos mecánicos y asomarme al espectáculo de vaudeville en una carpa cercana. Ajá, sí, cómo no. Me la pasé de escenario en escenario, corriendo para alcanzar primera fila y para no perderme inicios de set, aguardando en el mismo festival durante horas y horas (y bandas y bandas) para ver de no tan lejos a Robert Smith (y a Tegan y a Sara y a Patti freaking Smith). Vi y escuché a alrededor de 20 bandas en 3 días. Éstas fueron mis favoritas.

Viernes 12
Black Joe Lewis and the Honeybears
GWAR
Senses Fail
NOFX
Gogol Bordello
The Offspring
Jane's Addiction

Sábado 13
Frank Iero and the Cellabration
Rose's Pawn Shop
Buzzcocks
Jessica Hernández and the Deltas
Me First and the Gimme Gimmes
The Get Up Kids
Metric
The Flaming Lips
Taking Back Sunday

Domingo 14
Bouncing Souls
Silverstein
Superchunk
Tegan and Sara
Dropkick Murphys
Patti Smith
The Cure

miércoles, enero 08, 2014

Too Rare to Live... (mi reseña del álbum de P!atD)

Panic! at the Disco es una de esas bandas que nunca sé si ya superé o todavía los quiero. Cada disco nuevo es un volado y generalmente terminan acomodándose en mí hasta que entiendo que sí, todavía me gustan y sí, siempre habrá un rinconcito en mi corazón musical para lo que queda de esa genial primera versión de la banda.

No es que tenga algo en contra de Brendon y Spencer, ¡pero es que extraño mucho a Ryan Ross! Especialmente porque su proyecto alterno (The Young Veins), por el que se separó de Panic!, nada más no la armó.

Habiendo escuchado ya muchas veces su disco nuevo Too Weird To Live, Too Rare To Die... (y a unos días de su concierto en el DF), esto es lo que pienso al respecto.

"This Is Gospel". Agradable, pegajosa. Juegan con la voz de Brendon y eso siempre es bonito. Me enganchó la melodía y después la letra, fue más bien instintivo. Como sencillo, es sólido. En mi top del disco, ésta es mi #5.

"Miss Jackson" (feat. Lolo).  Aunque es el sencillo más popular, me gusta menos que la anterior. Es repetitiva de una manera que no me gusta y suena a que rascaron en las canciones descartadas de A Fever You Can't Sweat Out para escribir esto. El reto y la reverencia los siento forzados. El video me cansa. "Are you nasty?" pues a lo mejor sí, pero no está emocionante.

"Vegas Lights". Suena más a lo que esperaba de este disco… pero también suena mucho a todas las bandas electro indies recientes… como si Panic! se perfilara para un Corona Capital. En esta canción extraño la voz de Ryan Ross. Mi #7.

"Girl That You Love". Ochentera y me hace pensar en OMD y Simple Minds. Me gusta el juego con los sintetizadores, pero tampoco es una joya. Pocas estrofas y un coro simple, suena a posible sencillo. Mi 4 en el top.

"Nicotine". Brendon retoma la temática de los vicios, éste es el P!atD que me gusta más. Es traviesa y peligrosa, Brendon juega con su voz como en sus mejores momentos de Fever. "Your love's a fucking drug", indeed. La compro y es mi #2.

"Girls/Girls/Boys". Traviesos, naughty, esto sí es nasty del que mejor le va a Panic. Puedo visualizar a Brendon cantando esto embarrándosele al micrófono (y luego de ver el video del sencillo... bueno, no queda tanto a la imaginación). Sigue sonándome muy a indie-electro-2013... hasta que llegamos al puente y vuelve a sonar a Fever. Mi #6.

"Casual Affair". No puedo evitar que esto me suene a 30 Seconds to Mars (y no entiendo muy bien por qué). No digo que sea malo, pero es que quiero más Panic en este disco. Me gusta que no dejen ir sus temas de ángeles y pecadores. Puedes sacar al chico de Las Vegas pero no a Las Vegas del chico.

"Far Too Young To Die". Estos chicos se clavaron una dosis de ochentas en el torrente sanguíneo antes de empezar a componer. Es el himno que le faltaba al álbum y no deja de recordarme tangencialmente a The Killers (ay, Vegas, qué le haces a tu gente, te quiero). El golpe de energía antes de cerrar el álbum. Ya me vi. Mi #1 de este disco.

"Collar Full". Me veo claramente bailando esto mientras barro la sala de mi casa. Tiene estilo, tiene versos adolescentes-corta-venas-casi-estoy-en-mis-veintes que sonarían bonitos en una secuencia de película tipo Nick & Norah: "... a pocket full of reasons why you're here tonight". Me gustaron los sintetizadores, pero están en cada canción... y tapan mucho la voz de Brendon. Mi #3.

"End of All Things". Me pasa como con "The Messenger" en el A Thousand Suns de Linkin Park: se siente completamente fuera de lugar. Es una balada casi como una canción de cuna, pero la siento más como intermedio que como cierre del disco. Aunque en esta la voz de Brendon se siente menos "tuneada", y eso está bonito.

Una de mis cosas favoritas de esta banda es su composición. Amaba cuando RyRo escribía las letras… pero también me encanta el estilo de Brendon –que no es muy distinto del de nuestro primer Ry. Hay ángeles, hay demonios, hay pecadores, hay vicios y hay un eterno libertino que quiere hacerse el Morrissey o el Oscar Wilde. A veces Panic! se pasa de presunción y a veces es muy triste ver cómo de la banda original prácticamente sólo queda Brendon Urie, como si lo único importante fuera la cara... un poco como siento que pasó con Paramore y Hayley.

Pero me los perdí la primera vez que vinieron al DF (la única completos) y es algo que nunca me perdonaré. El 12 de enero iré a la Arena Ciudad de México y me pintaré la cara como me pintaba la cara en 5o semestre de prepa, porque a final de cuentas, es lo más cerca que tendré de escuchar en vivo a la banda que grabó A Fever You Can't Sweat Out... y ese disco fue muy importante para mí a los 16 años. 

Pueden escuchar Too Weird To Live, Too Young To Die... completo aquí.

domingo, septiembre 16, 2012

Linkin Park en México: a 10 años.

Encontré la reseña que escribí del concierto de Linkin Park en México el 2 de marzo de 2002. Impresa. Porque aunque mi recámara es un caos, sé exactamente dónde está todo... incluida una hoja bond doblada por la mitad, impresa en marzo de hace diez años para el periodiquito escolar que hacíamos en primero de secundaria. Ah, el Colegio Brookfield y sus grandes ideas.

En esos tiempos yo ni siquiera soñaba con ser periodista, pero era la más ñoña del salón y terminé editando (y a veces redactando completo) este experimento. Ya era fan de Linkin Park y mi hermano me acompañó al Foro Sol ese 2 de marzo. Todavía tengo la playera que me compré ese día... de hecho, la llevé puesta el viernes pasado para el concierto de Linkin Park en la Arena Ciudad de México.



Transcribo, pues, la reseña de aquel entonces (tengan compasión, era una niña de 13 años reseñando el concierto de su banda favorita):

Linkin Park en México [en realidad la nota ni trae título...]
Por Marcela Vargas Reynoso

El pasado sábado 2 de marzo, el Foro Sol y más de 50 mil almas palpamos el fantástico despliegue musical de una de las bandas más importantes de rock metalero de nuestra generación, Linkin Park.
Después de escuchar aproximadamente 3 cuartos de hora [sic] de los alaridos de Static-X, vino un "pequeño" intermedio de unos 20 minutos de completa aburrición mientras se revisaban el audio, tornamesas y demás instrumentos.
De pronto se apagaron de nuevo las luces exteriores del foro y en el escenario aparecieron los 6 integrantes de LP. Dirigieron unas palabras al público y entre gritos desesperados de los fans y una chifladera sin precedentes sonó el primer acorde de "With You", canción con la que abrieron el concierto; seguida de "Runaway" y "Papercut".
Algunas rolas después ("Points of Authority", "A Place For My Head" y "By Myself") con sus grandiosas voces, Shinoda y Bennington entonaron uno de sus más grandes éxitos, "In The End".
"Forgotten", "Crawling" y "Pushing Me Away" fueron coreadas por un público completamente excitado, pues el genial Chester se lanzó hacia la pista, siendo jaloneado por sus tantos admiradores de tal manera que al regresar al escenario había ya perdido la camiseta negra que portaba.
Lamentablemente todo tiene un fin, aunque a nadie le parezca, y éste hermoso ensueño terminó con "One Step Closer".
Finalmente y como buena acción de su parte, Rob Bourdon caminó hacia el público y lanzó sus baquetas al aire, para ser atrapadas por el enardecido auditorio, mientras que Mike arrojó su camiseta.
Podrá parecer extraño, pero de haber muerto en el preciso instante en que mi admirado Chester cantó la fracción lenta de "I put my trust in you / pushed as far as I can go / and for all this / there's only one thing you should know" hubiese muerto como una rockera feliz.

Entreteni-2
Año 0, número 4.
Marzo/abril 2002.
1o A
Secundaria Técnica #83, México DF

No voy a ponerme a contar cada error que hay en la nota... porque la escribió mi yo de hace diez años que quería ser... no recuerdo qué quería ser, pero mis maestras decían que iba para Ciencias Políticas... y miren ahora... jeje.

El asunto es que pasaron diez años y no sólo no se ha ido esa emoción extrema frente a un escenario y una banda que adore, sino que el viernes fui a uno de los mejores conciertos de mi vida... y aunque tardó 10 años (y 6 meses y 2 días) en suceder, creo que mi yo de 23 años fue incluso más feliz que la que escribió esta reseña en primero de secundaria.

Y ése el tipo de cosas que me hacen ser quien soy... una fan from hell obsesiva que puede enojarse mucho con Linkin Park por olvidar a México tantos años... y luego perdonarles todo con una experiencia tan indeciblemente catártica como la del viernes 14 de septiembre.

Yo me formé para ese concierto diez años, seis meses y dos días antes de que empezara.

lunes, marzo 14, 2011

Virtudes y vicios de Panic! at the Disco

El título está pretencioso, ya sé. Pero no se emocionen, no tengo tiempo para reseñar esto decentemente :S

Ya escuché el disco como tres veces (gracias a que los chicos de P!atD lo liberaron en Facebook) y tengo algunas cosas que decir al respecto:

1. La primera escucha la dejé por puro instinto y obtuve: es un disco muy corto y puedo vivir perfectamente sin al menos una tercera parte del mismo. El resto me hace bailar.

2. Me gusta mucho la voz de Brendon. Can't help it.

3. De regreso (casi) al estilo de I Write Sins, Not Tragedies. Con algo del Pretty.Odd. (O sea pues: muy eléctrico, tantitos toques acústicos y por ahí de repente un par de intervenciones de cuerdas).

4. La segunda y tercera escuchas las procesé mejor:

a) Es un disco entre bailable y gritable, con algunas canciones que parecen hechas para cantarse en vivo a todo bloody pulmón.
b) Efectivamente, puedo vivir sin un par de canciones: "Sarah Smiles" (que suena demasiado a "Molly Smiles" de la película Uptown Girls y su intento de incrustar multiculturalidad sonora nada más no les cuajó) y "Nearly Witches". Es más, si no existen, al mundo nada le pasa.
c) Mis favoritas: "Memories", "Trade Mistakes" y "Ready To Go", que curiosamente son las 3 canciones centrales de Vices & Virtues.
d) El ritmo empieza agitado con "Ballad of Mona Lisa", sube proporcionalmente, y de repente se cae con "Always", que regresa mucho a Pretty.Odd., cosa que no está del todo mal, porque es una canción agradable y disfruto la voz de este dude aquí.
e) Para ser un disco escrito por el 50% de lo que era originalmente P!atD (especialmente si consideramos que el compositor principal ya no está en esta banda), está mucho mejor de lo que esperaba.
f) "The Calendar" no está mala pero parece que tomaron "New Perspective" y la sacudieron... es casi la misma melodía, las mismas subidas, las mismas bajadas...

¿Veredicto? Todavía no sé si voy a comprarlo, no termina de convencerme. Pero definitivamente superó mis expectativas.