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martes, febrero 24, 2015

La literatura de horror y los Dandy Warhols

La única relación entre estos temas es que recientemente publiqué en Gatopardo un par de entrevistas sobre ellos.

Hace algunos meses platiqué con Bernardo Esquinca, uno de mis escritores mexicanos favoritos, acerca de su libro de cuentos de horror Mar negro, compilación que incluye fantásticos relatos sobre vampiros, zombies y rituales prehispánicos que te ponen la piel chinita. Una de las facetas más divertidas de mi trabajo es la oportunidad de conversar con personas como él, con cuya obra me identifico y cuyos temas de interés resuenan tanto con los míos que la entrevista se convierte en una plática de lo más divertida y disfrutable.

Incluyo un extracto de esta conversación, que pueden leer completa en la sección de Libros de Gatopardo.com:
En Mar negro, Bernardo Esquinca (Demonia, Toda la sangre) vuelve a explorar temas que le obsesionan: la presencia del pasado en la Ciudad de México, la mujer como figura desestabilizadora y, desde luego, el miedo. “Creo que la literatura de terror no debe hablar de miedos actuales, sino de los eternos,” dice, sentado frente a una taza de café medio vacía en el Bar Capote de la colonia Roma. “Leyendo en preparación para este libro, descubrí que la superstición más antigua que existe es el mal de ojo. Si alguien iba a hacerte mal de ojo, se lo devolvías, el ojo combate al ojo. Me gusta como metáfora de que al terror no puedes combatirlo si no lo abrazas: también leyendo cuentos de terror podemos curar los miedos.”
Mar negro tuvo un efecto en mí que hace mucho no me sucedía: lo leí de noche y tuve que guardarlo y buscar cosas lindas en YouTube para poder dormir. Es una lectura grata y nutritiva que apela a los miedos más universales con guiños a esa clase de imágenes que suelen provocar escalofríos (muñecas de porcelana, por ejemplo).

Lo edita Almadía y pueden encontrarlo en prácticamente cualquier Péndulo, Fondo de Cultura Económica o en la FIL del Palacio de Minería.

***
El año pasado fui al Riot Fest, animada por el cartel fascinante con el que celebraron el décimo aniversario de este festival de punk con base en Chicago. Una de las bandas que tuve la oportunidad de ver ahí fueron los Dandy Warhols, y aunque en ese momento dije "Cool" y nada más, este mes entrevisté vía telefónica a su tecladista, Zia McCabe, una mujer brillante, enérgica, talentosa y fuerte. Es, definitivamente, el tipo de mujer que las niñas deberían conocer para que las inspire a ir por la vida rockeando y siendo sensacionales.

Hablamos, entre otras cosas, de cómo se siente de ser una de las mujeres en el rock a las que nunca se les ha cuestionado su sitio sobre un escenario. Esto fue lo que me respondió (y mi parte favorita de la entrevista):
Siendo una pieza fundamental de esta banda, ¿se cansa Zia McCabe de que le pregunten qué se siente ser la única chica en un grupo de hombres? “Nunca he sentido que deba perder el tiempo etiquetándome como ‘una mujer en el rock’,” dice. “Para mí siempre ha sido una buena época para ser una mujer en esta industria. Me he divertido bastante y espero haber inspirado a otras mujeres a tener la confianza de involucrarse en el rock. Quiero que entiendan que merecen tocar su música tanto como cualquiera merece hacer arte.” 
Pueden leer la entrevista completa en Gatopardo.com. 

viernes, septiembre 26, 2014

Riot Fest 2014 (Post Mortem)

Del mejor festival de música al que he ido, la comunidad punk y dulce, dulce Chicago.

Siempre intento recapitular estas cosas en escrito y nunca termino de hacerlo. A veces cuento la historia tantas veces en vivo que pierdo todo impulso de narrarla en texto. Pero esta vez tengo que hacer el esfuerzo. Riot Fest 2014 es, sin duda, el festival de música mejor organizado y más satisfactorio al que he asistido en toda mi vida. Años de Vive Latino y Corona Capital (entre muchos otros menos frecuentes) no preparan para la maravilla de un festival como éste. Sentí algo similar con la Comic Con de San Diego en 2012: años y años de La Mole, TNT y demás expos medio funcionales no preparan para la maravilla de un evento de esa magnitud. Riot Fest es el paraíso del punk. Ahora les explico por qué.


  • La gente. La comunidad punk es una de las más amables y buena onda. Había de todo: parejas mayores con cabellos largos y brazos tatuados; preparatorianos emocionados y llenos de energía; jóvenes adultos cubiertos de tatuajes, mohawks y estoperoles; jóvenes adultos con ropa casual y una sonrisa en los labios; familias enteras (papá, mamá, hijos, abuelos, tíos) que iban de escenario en escenario, alternando las bandas de cada generación; bebés con pequeños mohawks, pequeños chalecos de parches y grandes audífonos protectores. En ningún otro festival o evento masivo (tal vez sólo en la Comic Con) he visto un público tan amplio. Y todos se ayudaban entre sí. Nadie se metía a golpes hasta las primeras filas. Escuché cientos de "Excuse me", "I'm just trying to get to the front", "Oh, I'm sorry"; si empezaba un mosh pit, los hombres de alrededor se plantaban en el perímetro del círculo para regresar a los punks al centro del pit. Hice "amigos de festival" (con los que ves una banda y tal vez hasta te acompañan a esperarlos para comprar el disco detrás del escenario). Conversé con los integrantes de una de las bandas por las que fui (Rose's Pawn Shop). La creatividad estaba en todos lados: la ropa, el cabello, las formas de expresión de fanatismo. Y excepto por el ácido momento en que un guardia de seguridad sacó a tres hombres que compartían un baño, no me tocó ver actos violentos ni vandálicos.
  • La organización. Humboldt es un parque enorme y aunque el 50% de su terreno estuvo muy bien aprovechado, hubo otro 50% que se quedó ahí olvidado. Los escenarios estaban, en su mayoría, bien ubicados y perfectamente organizados: las bandas no chocaban entre sí y no era difícil llegar a ellos (excepto Revolt, que estaba muy escondido, y Rock, que estaba al otro lado de una loma que se convirtió en lodazal). Nadie se atrasaba ni cinco minutos, porque si tu soundcheck fue lento, son 10 minutos menos de tu set, no del de la siguiente banda. Hubo un par de incidentes el sábado 13: a The Flaming Lips se les fue la luz apenas entrados en su set y The National llegó tarde. Oh, y el ingeniero del Revolt Stage tenía algunos problemas para ecualizar a las bandas: lo sufrió Rose's Pawn Shop y un poco, más tarde, Jessica Hernández and the Deltas. La comida estaba ubicada en dos lugares más o menos accesibles, excepto a la hora de comer, pues las líneas de espera impedían el paso de los transeúntes. Santos embotellamientos, Batman. Nunca he usado baños públicos tan limpios como los de estos tres días. Los baños del metro de la Ciudad de México no están tan limpios como los de este festival... y eran baños móviles, en un festival de punk.
  • La selección de bandas. La página oficial del Riot Fest dice "Somos fans antes que nada, y nuestra meta siempre ha sido organizar shows inolvidables" y "1 parte Bouncing Souls, 1 parte Descendents, 2 partes radio universitaria cuando importaba, 3 partes Vanilla Blue, 1 parte comida procesada, y 12 partes lo que sea que encuentres en nuestro Sony Walkman". Es regla en este festival tener una base punk (en personalidad y en actitud), para que entre en el lineup la música que le gusta a los organizadores. No andan haciéndole al "vamos a traer a las bandas más cool para vender más caros los boletos" ni al "que no haya bandas locales porque qué oso". Si a esta gente le gusta el hip hop, traen a Wu Tang Clan. Y traen a la psicodelia de los Flaming Lips. Y a The Cure porque tienen emociones y crecieron en los ochenta. No es un festival de hacerle al "Soy tan genial por haber venido a ver a estas bandas tan geniales y ahora tejeré unas flores en mi mostacho irónico mientras bebo chai". Es un festival de "¿Te acuerdas cuando saltabas por la sala gritando 'Uno, dos, tres, cuatro, cinco, cinco, seis'? ¿Te acuerdas de esos días cuando aprendiste qué significa 'straight edge'? ¿Te acuerdas de esa vez cuando te decoloraste el cabello, lo hiciste todo mal y pasaste un mes con media cabeza rosa chicle? Oh, sí... vamos a hacerlo todo de nuevo". Es la historia del punk cantando frente a tus ojos. Vi a los freaking Buzzcocks, for fuck's sake!
  • El clima. Por un par de días dejé de confiar en AccuWeather. Esa aplicación me dijo que mi fin de semana en Chicago sería hermoso y soleado. ¡Mentira! El viernes 12 llovió desde las 9am hasta las 11pm y eso afectó terminantemente al resto del fin de semana. Tenía pensado usar converse todo el festival y llevaba mis botas sólo para el aeropuerto (son excelentes para viajar). Mis botas fueron aniquiladas por tres días de correr entre pantanos de lodo y asfalto húmedo. Y ni me pregunten por las pobres chicas que llevaban flats o toms. Sábado y domingo fueron soleados y más o menos cálidos, pero el viernes... debo admitir que como experiencia fue fantástico. Sobreviví, básicamente, gracias a la camisa de franela que me prestó Memo (¡mi novio!) antes de salir del DF. Lo mejor del lodo son las anécdotas: la gente cayendo, el señor que derrapó un camellón a lo ancho y cayó de pie en el asfalto, el tipo que creíamos ebrio y en realidad trastabillaba intentando mantenerse en pie... y el hecho de que, tras un día de baños de lodo, éste se endureció en la suela de mis botas y éstas no volvieron a filtrar agua. Hay pocas sensaciones comparables con estar parado bajo la llovizna, con el puño en alto y coreando una gran canción. Es el tipo de recuerdo que perdura. 


Frank Iero and the Cellabration


Rose's Pawn Shop y yo (y "amigos de festival")


Jessica Hernandez and the Deltas


The Bouncing Souls


The Cure

Mis bandas favoritas del Riot Fest.
Este festival también es carnaval y feria. Según yo, tendría tiempo de subirme a los juegos mecánicos y asomarme al espectáculo de vaudeville en una carpa cercana. Ajá, sí, cómo no. Me la pasé de escenario en escenario, corriendo para alcanzar primera fila y para no perderme inicios de set, aguardando en el mismo festival durante horas y horas (y bandas y bandas) para ver de no tan lejos a Robert Smith (y a Tegan y a Sara y a Patti freaking Smith). Vi y escuché a alrededor de 20 bandas en 3 días. Éstas fueron mis favoritas.

Viernes 12
Black Joe Lewis and the Honeybears
GWAR
Senses Fail
NOFX
Gogol Bordello
The Offspring
Jane's Addiction

Sábado 13
Frank Iero and the Cellabration
Rose's Pawn Shop
Buzzcocks
Jessica Hernández and the Deltas
Me First and the Gimme Gimmes
The Get Up Kids
Metric
The Flaming Lips
Taking Back Sunday

Domingo 14
Bouncing Souls
Silverstein
Superchunk
Tegan and Sara
Dropkick Murphys
Patti Smith
The Cure

lunes, agosto 11, 2014

¿Riot Fest para principiantes?

Estoy a un mes de subirme a un avión rumbo a Chicago para asistir al Riot Fest, un festival de punk y rock que está cumpliendo 10 años de existencia. Iré a ver a bandas como Rose's Pawn, The Buzzcocks, Pussy Riot, Patti (Freaking!!!!) Smith, Dropkick Murphys y The Cure, entre otras muchas decenas sobre las que llevo al menos un par de años leyendo (en libros como Our Band Could Be Your Life y Please Kill Me: An Oral History of Punk).

No será mi primera vez en Chicago, pero sí mi primera vez en este festival por lo que, como suelo hacer, me puse a buscar entradas de blog de otros asistentes acerca de cómo vivir mejor esta gran fiesta musical. Descubrí que nadie ha escrito un "Riot Fest for beginners". Supongo que es demasiado pronto, ya que hasta el 2011 el festival más bien se celebraba con muchos conciertos en pequeños bares locales y apenas lleva un par de años funcionando como tal en el Parque Humboldt (en el Lado Oeste de Chicago).

¿Por qué voy a este festival? Porque en enero compré el boleto de avión para la Comic-Con de San Diego en una oferta increíble con la que me ahorré cerca del 70% del valor de un viaje redondo. Y luego no conseguí pases para la convención. Así que me negué a perder el vuelo y encontré la posibilidad de asistir a un festival del que hasta hace unos meses no sabía nada. Pero cuando vi el line up... casi me desmayo: son todas esas bandas maravillosas sobre las que llevo leyendo sin descanso desde que redescubrí el punk. No podía dejarlo pasar. Y ahí voy. En un mes estaré despegando rumbo a un alojamiento obtenido a través de Airbnb, con un boleto de aerolínea económica, suficiente dinero para comer en modo austero durante cinco días y para comprar playeras y discos de toda la música nueva que encuentre.

El décimo aniversario del Riot Fest se celebrará en Chicago del 12 al 14 de septiembre. Yo me preparo con listas de reproducción por día y banda.

12 de septiembre




13 de septiembre





14 de septiembre