Siempre intento recapitular estas cosas en escrito y nunca termino de hacerlo. A veces cuento la historia tantas veces en vivo que pierdo todo impulso de narrarla en texto. Pero esta vez tengo que hacer el esfuerzo. Riot Fest 2014 es, sin duda, el festival de música mejor organizado y más satisfactorio al que he asistido en toda mi vida. Años de Vive Latino y Corona Capital (entre muchos otros menos frecuentes) no preparan para la maravilla de un festival como éste. Sentí algo similar con la Comic Con de San Diego en 2012: años y años de La Mole, TNT y demás expos medio funcionales no preparan para la maravilla de un evento de esa magnitud. Riot Fest es el paraíso del punk. Ahora les explico por qué.
- La gente. La comunidad punk es una de las más amables y buena onda. Había de todo: parejas mayores con cabellos largos y brazos tatuados; preparatorianos emocionados y llenos de energía; jóvenes adultos cubiertos de tatuajes, mohawks y estoperoles; jóvenes adultos con ropa casual y una sonrisa en los labios; familias enteras (papá, mamá, hijos, abuelos, tíos) que iban de escenario en escenario, alternando las bandas de cada generación; bebés con pequeños mohawks, pequeños chalecos de parches y grandes audífonos protectores. En ningún otro festival o evento masivo (tal vez sólo en la Comic Con) he visto un público tan amplio. Y todos se ayudaban entre sí. Nadie se metía a golpes hasta las primeras filas. Escuché cientos de "Excuse me", "I'm just trying to get to the front", "Oh, I'm sorry"; si empezaba un mosh pit, los hombres de alrededor se plantaban en el perímetro del círculo para regresar a los punks al centro del pit. Hice "amigos de festival" (con los que ves una banda y tal vez hasta te acompañan a esperarlos para comprar el disco detrás del escenario). Conversé con los integrantes de una de las bandas por las que fui (Rose's Pawn Shop). La creatividad estaba en todos lados: la ropa, el cabello, las formas de expresión de fanatismo. Y excepto por el ácido momento en que un guardia de seguridad sacó a tres hombres que compartían un baño, no me tocó ver actos violentos ni vandálicos.
- La organización. Humboldt es un parque enorme y aunque el 50% de su terreno estuvo muy bien aprovechado, hubo otro 50% que se quedó ahí olvidado. Los escenarios estaban, en su mayoría, bien ubicados y perfectamente organizados: las bandas no chocaban entre sí y no era difícil llegar a ellos (excepto Revolt, que estaba muy escondido, y Rock, que estaba al otro lado de una loma que se convirtió en lodazal). Nadie se atrasaba ni cinco minutos, porque si tu soundcheck fue lento, son 10 minutos menos de tu set, no del de la siguiente banda. Hubo un par de incidentes el sábado 13: a The Flaming Lips se les fue la luz apenas entrados en su set y The National llegó tarde. Oh, y el ingeniero del Revolt Stage tenía algunos problemas para ecualizar a las bandas: lo sufrió Rose's Pawn Shop y un poco, más tarde, Jessica Hernández and the Deltas. La comida estaba ubicada en dos lugares más o menos accesibles, excepto a la hora de comer, pues las líneas de espera impedían el paso de los transeúntes. Santos embotellamientos, Batman. Nunca he usado baños públicos tan limpios como los de estos tres días. Los baños del metro de la Ciudad de México no están tan limpios como los de este festival... y eran baños móviles, en un festival de punk.
- La selección de bandas. La página oficial del Riot Fest dice "Somos fans antes que nada, y nuestra meta siempre ha sido organizar shows inolvidables" y "1 parte Bouncing Souls, 1 parte Descendents, 2 partes radio universitaria cuando importaba, 3 partes Vanilla Blue, 1 parte comida procesada, y 12 partes lo que sea que encuentres en nuestro Sony Walkman". Es regla en este festival tener una base punk (en personalidad y en actitud), para que entre en el lineup la música que le gusta a los organizadores. No andan haciéndole al "vamos a traer a las bandas más cool para vender más caros los boletos" ni al "que no haya bandas locales porque qué oso". Si a esta gente le gusta el hip hop, traen a Wu Tang Clan. Y traen a la psicodelia de los Flaming Lips. Y a The Cure porque tienen emociones y crecieron en los ochenta. No es un festival de hacerle al "Soy tan genial por haber venido a ver a estas bandas tan geniales y ahora tejeré unas flores en mi mostacho irónico mientras bebo chai". Es un festival de "¿Te acuerdas cuando saltabas por la sala gritando 'Uno, dos, tres, cuatro, cinco, cinco, seis'? ¿Te acuerdas de esos días cuando aprendiste qué significa 'straight edge'? ¿Te acuerdas de esa vez cuando te decoloraste el cabello, lo hiciste todo mal y pasaste un mes con media cabeza rosa chicle? Oh, sí... vamos a hacerlo todo de nuevo". Es la historia del punk cantando frente a tus ojos. Vi a los freaking Buzzcocks, for fuck's sake!
- El clima. Por un par de días dejé de confiar en AccuWeather. Esa aplicación me dijo que mi fin de semana en Chicago sería hermoso y soleado. ¡Mentira! El viernes 12 llovió desde las 9am hasta las 11pm y eso afectó terminantemente al resto del fin de semana. Tenía pensado usar converse todo el festival y llevaba mis botas sólo para el aeropuerto (son excelentes para viajar). Mis botas fueron aniquiladas por tres días de correr entre pantanos de lodo y asfalto húmedo. Y ni me pregunten por las pobres chicas que llevaban flats o toms. Sábado y domingo fueron soleados y más o menos cálidos, pero el viernes... debo admitir que como experiencia fue fantástico. Sobreviví, básicamente, gracias a la camisa de franela que me prestó Memo (¡mi novio!) antes de salir del DF. Lo mejor del lodo son las anécdotas: la gente cayendo, el señor que derrapó un camellón a lo ancho y cayó de pie en el asfalto, el tipo que creíamos ebrio y en realidad trastabillaba intentando mantenerse en pie... y el hecho de que, tras un día de baños de lodo, éste se endureció en la suela de mis botas y éstas no volvieron a filtrar agua. Hay pocas sensaciones comparables con estar parado bajo la llovizna, con el puño en alto y coreando una gran canción. Es el tipo de recuerdo que perdura.
Frank Iero and the Cellabration
Rose's Pawn Shop y yo (y "amigos de festival")
Jessica Hernandez and the Deltas
The Bouncing Souls
The Cure
Mis bandas favoritas del Riot Fest.
Este festival también es carnaval y feria. Según yo, tendría tiempo de subirme a los juegos mecánicos y asomarme al espectáculo de vaudeville en una carpa cercana. Ajá, sí, cómo no. Me la pasé de escenario en escenario, corriendo para alcanzar primera fila y para no perderme inicios de set, aguardando en el mismo festival durante horas y horas (y bandas y bandas) para ver de no tan lejos a Robert Smith (y a Tegan y a Sara y a Patti freaking Smith). Vi y escuché a alrededor de 20 bandas en 3 días. Éstas fueron mis favoritas.
Viernes 12
Black Joe Lewis and the Honeybears
GWAR
Senses Fail
NOFX
Gogol Bordello
The Offspring
Jane's Addiction
Sábado 13
Frank Iero and the Cellabration
Rose's Pawn Shop
Buzzcocks
Jessica Hernández and the Deltas
Me First and the Gimme Gimmes
The Get Up Kids
Metric
The Flaming Lips
Taking Back Sunday
Domingo 14
Bouncing Souls
Silverstein
Superchunk
Tegan and Sara
Dropkick Murphys
Patti Smith
The Cure
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