sábado, marzo 05, 2005

¿Friday on my mind? ¿Friday I'm in love? ¿Freaky friday?

No sé ni qué decir del viernes. Me divertí, muy cierto. Reviví mi secundaria perdida, también es cierto. Mis desórdenes mentales atacaron de nuevo, soy culpable. El punto es que me la pasé maravillosamente con mis amigos.
Erika, Lau, Danna, Genaro, Daniel, Karla, Ale, Rulo y yo fuimos al cine a ver la de Voces del Más Allá. Está buena, no le entendimos al final (o no quisimos entenderle, más bien), pero nos espantamos algo. Por alguna extraña razón a Rulo le parece divertido embarrarme queso de nachos en la cara, Karla y yo pegábamos cada salto por el susto y estábamos tan aterradas que de agarrarnos las manos se me durmió el brazo. La película terminó 5:23, por lo tanto, "la raza" ya no alcanzó a regresar para tomar el dichoso (y oh poderoso) Transportec. Así que resignados cruzamos Pericoapa y de ahí llegamos a Galerías... subimos hasta el último nivel, y bajamos de vuelta a Planta Baja porque ya nos íbamos.
En el ínter, vi a lo lejos y saludé a dos niños que conozco de cuando me quedaba a estancia en el Brook. Bueno, yo sigo diciéndoles pequeños (a Mariela y a Johnathan) aunque están casi terminando sexto de primaria (si no me fallan los cálculos). Verlos caminando entre las tiendas, vistiendo todavía el uniforme café que tanto nos molestaba, fue algo avasallador.
Me miraron, y ante mi sorpresa, me dirigieron un apresurado saludo de reconocimiento desde el piso inferior mientras los perdía de vista subiendo por las escaleras eléctricas. Unos minutos después encontré también a tres muchachos cursando segundo de secundaria. No eran conocidos míos, no nos hablábamos, pero los había visto antes y pude apreciar los cambios sufridos en casi ocho meses de no frecuentar el Colegio.
Mi corazón de inmediato se encogió. Una marea de lágrimas amenazó con desbordarse frente a mis amigos. Resistí tras morderme la lengua fuertemente [dolor mata dolor]. El resto de la tarde mi mente se debatió entre recordar y comparar mi infancia con mi adolescencia, y dejarme de tonterías para vivir.
Vuelvo después, no he terminado la tarea y mi madre y padre quieren que los acompañe a comprar unas cosas para la boda del hermanito.

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