Hace una semana fui al primer concierto de La Gusana Ciega en el Auditorio Nacional. Primero y ojalá no último, porque a pesar de llenar el lugar, no son del tipo de banda que pueda abarrotar foros grandes constantemente. No lo digo porque no les tenga fe, al contrario, voy a creer en ellos hasta el último día de mi vida. Pero es que son muy locales. Son una de esas bandas que escuchas en casa con tu familia o en un bar con tus amigos o en tus audífonos sentado en el pasto de un parquecito. Son encantadores y se sienten como parte de la familia, como esos compañeros de primaria que dejas de ver por décadas y un día te los encuentras por casualidad en el súper y se quieren como si no hubiera pasado un día. Vaya, les tomó casi veinte años llegar al Auditorio Nacional y con todo y los meses de intensa promoción no lograron vender "hasta el último boleto". Cosa que al final no importa, porque quienes estuvimos ahí sabemos que la intensidad con que este cuarteto se entrega al público sólo tiene rival con la intensidad que nosotros les devolvemos.
Pero empecemos desde el principio. No sé por qué no he escrito más sobre La Gusana Ciega en este blog. Son una de mis bandas favoritas, los amo desde que era una niña, por todos los dioses, el url de este blog debería darles a todos una pista. Y con todo, nunca he escrito tanto sobre ellos en este espacio. Eso se resuelve ahora mismo.
Mi historia con LGC es curiosa. Los conocí, como muchas cosas en la infancia, por medio de mi hermano. Los escuchábamos en casa y me divertían mucho sus letras. Eran de esas canciones que conforme crecía entendía mejor. Un día, cuando mi hermano ya era periodista de rock, me llevó a un festival organizado por la ya extinta estación de radio Órbita FM. Se llamaba Rock Chavitos y era un festival de rock muy familiar y ameno. Recuerdo que entre la multitud nos encontramos a alguien de Guillotina y nos saludó porque mi hermano era fan y luego reportero y se llevaba bien con toda esa gente (se le da eso de amiguear con los rockeros mexicanos). Fue la primera vez que entré a un catering para prensa. Una señorita edecán me ofreció un refresco de manzana y me emocioné mucho. De esos momentos que podrían señalar a mis intenciones posteriores de dedicarme a esto de a) el periodismo y b) el periodismo de música.
Total que yo siempre le decía a mi hermano "Preséntame a Daniel" (Gutiérrez, el vocalista de LGC). "Ándale, qué te cuesta". Yo toda fangirl. Pero pues era una pre adolescente obsesionada con el rock pop de los 60 y enamorada de una banda de rock mexicana. En ese Rock Chavitos... tocó La Gusana Ciega. Y fui feliz. Y segundos después todo se vino abajo porque salieron con su chistecito: ¿qué creen? Éste fue nuestro último concierto, nos vamos a separar. Oh oh.
Corte a: algún Vive Latino o festival de algo. No sé cuál. Pero ya estaban de vuelta y los escuché de nuevo en vivo. Y volví a ser feliz. Muy. Porque me fascinan.
Corte a: Feria Internacional de la Música en Guadalajara, el año era 2011 y yo apenas becariaba para Gatopardo. Tuvieron la confianza de enviar a la becaria a una feria de algo a reportear. Me subí al avión y oh por todos los dioses Daniel Gutiérrez estaba en el mismo vuelo. Llegando allá descubrí que estarían en promoción con Volaris y además iban a tocar en un bar. Me di un descanso del trabajo y fui a que me firmaran una postal para mi gemela Zyanya. Luego me gané una playera negra que transformé en una blusa con galaxy print (y usé para el concierto del 23 de febrero) y me tomé un par de fotos con ellos. Fue un tanto surreal. Tuve una idea brillante.
Corte a: de regreso en el DF y en la oficina, le propuse a mi jefe "La Gusana Ciega va a sacar disco, ¿puedo entrevistarlos?". Sí, puedes. Hice todo lo que tenía que hacer... y finalmente conseguí entrevistar a La Gusana Ciega. Una de mis bandas favoritas y yo me moría de los nervios. He podido conocer a más gente interesante e importante desde entonces, pero esta banda será siempre mi entrevista favorita. Me di el lujo de fangirlear un poco al final y confesarles que los escuchaba desde chiquita. Me firmaron el disco de Conejo en el sombrero, que atesoro con mucho cariño. Esa entrevista pueden leerla en el sitio web de Gatopardo.
Corte a: Zyanya Zavaleta es una de mis amigas más queridas. Es una hobbit y es mi gemela cósmica. Uno de nuestros amores en común es hacia LGC. La primera vez que tuve acceso a autógrafos de ellos los usé en una postal que les pedí para ella. Fuimos juntas al concierto del 8 de octubre de 2011 en el Metropólitan y fuimos juntas al del sábado 23 de febrero de 2013 en el Auditorio Nacional.
Corte a: mi pequeña Nelly Marina es la tercera hobbit y mi muy adorada enanita periodista que será la Paty Chapoy de nuestra generación, pero mejor. Una noche nos acompañamos a la presentación de un servicio de compra de música en línea, llamado IdeasMusik. Ahí, ella buscaba celebridades para entrevistar y llevar nota a su revista (escribe en POR TI). Justo entraba Daniel Gutiérrez a la sala y se lo señalé "Mira, él canta en La Gusana Ciega". Para entonces ya había entrevistado a la banda y según yo medio me ubicaban. Y nada, que Daniel me ve, se acerca y me saluda. Casual. Se quedó platicando con nosotras unos 10 minutos y después cada quien se fue a lo suyo. Al final pasamos a despedirnos de él y nos dio un abrazo a cada una con su respectivo "Cuídate mucho, que te vaya bien". Mi niña interna se moría de la emoción.
Corte a: este año me han pasado cosas muy interesantes e inesperadas, y eso que apenas empieza marzo. Una de las cosas divertidas fue una acreditación sorpresiva a un showcase acústico de LGC en el MUJAM, organizado por algo llamado ConciertoCable justo un mes antes de su concierto en el Auditorio. Debí escribirle su propio post, pero les comparto algunas de las fotografías de esa noche.
Corte a: como parte de la promoción de su concierto del 23 de febrero, LGC estuvo una semana en cabina con Grita Radio. Me hubiera encantado entrevistarlos, pero no fue posible. En cambio, Karina Cabrera, amiga de hace muchos años y periodista de rock a quien respeto y admiro, me encargó uno de esos trabajos freelance que me hacen muy feliz porque es casi como ponerme a jugar: un mixtape que reflejara la evolución de La Gusana Ciega. Le dediqué todas las noches de una semana a escuchar de nuevo la discografía completa de la banda y a elegir cada canción con cuidado quirúrgico. Pueden escucharlo aquí, ojalá les guste.
Me hizo muy feliz que se presentaran en el Auditorio Nacional. Se lo han ganado y se merecen todo lo bueno que les pase.
Gracias Gusana Ciega por ser banda sonora de mi crecimiento. Gracias por la música, por inspirarme, por motivarme y por nunca decepcionarme. Gracias gracias gracias por hacerme girar y acercarme a las estrellas.
Vuelvan a ser mis sueños. Para toda la vida.
Escribo desde que descubrí que se podía. Aquí va de todo: mis obsesiones, mis detrás de cámaras, mis experimentos.
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sábado, marzo 02, 2013
Giramos alrededor...
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domingo, julio 08, 2012
Highlights de la semana
Un rápido recuento de una buena semana.
De repente se me va la onda y dejo un poco abandonado este lado de mi vida virtual, ustedes disculpen. En los últimos meses, mi vida ha pasado de interesante a muy ocupada. No es que antes fuera yo una ociosa, pero es distinto dedicarte de lleno a la vida laboral que trabajar medio tiempo y estudiar la otra mitad.
Como algunos de ustedes recuerdan, me gradué de periodismo hace unos meses (7, para ser exactos) y desde entonces paso mis ocho horas reglamentarias (or so) en las oficinas de Editorial Mapas, donde trabajo para la revista Gatopardo y para la Nueva Guía del Centro Histórico. Toda la vida he sido una workaholic intensa que se carga de trabajo porque le resulta divertido. Así que un día, platicando con un amigo, pensamos "¿Y qué tal si abrimos un blog donde escribamos de todas las cosas que nos gustan?"... lo cual nos lleva a uno de los highlights de esta semana:
La Hora Libre. Esta semana abrimos el blog La Hora Libre. Llevaba en línea desde principios de junio, pero entre meterle contenido y armarlo en términos generales, habíamos tardado en hacerlo público. El sitio se explica a sí mismo, pero hago notar que con este proyecto tengo la fortuna de trabajar con personas a quienes a) quiero mucho, b) respeto en cantidades extranormales, y c) están más o menos igual de locos que yo (and that's saying something). Si les interesan el cine, la música, los cómics, la tecnología, los videojuegos y cosas por el estilo, hagan el favor de pasar a leernos. Agradecimientos especiales a Alex "Chinoz" Rocha (cofundador, coeditor y coetcétera), Miriam Ley (diseñadora gráfica y acompañante cafetera del diario), Genaro Chávez (ingeniero de mente compleja y una paciencia considerable), Leo Lozano (internacionalista, amigo de años y colaborador sumamente comprometido), Rodrigo Raya (hermano universitario, ultrafanático de la animación y analista no tan de clóset), Zyanya Zavaleta (mi hermana gemela y cómplice absoluta en mis locuras), Lalo Castillo (psicópata gamer y excelente amigo) y last but not least, a Raúl E. Pérez Rioja (fiance, dearest friend, cómplice, etc). Ellos forman parte del staff de este proyecto y están dando el salto de fe con nosotros.
En otro momento destacado de esta semana:
Comida gemela. Ya les he hablado sobre Zyanya. Es mi gemela, la adoro with all my heart, y se casa este septiembre. La vi el jueves y comimos juntas. Fue, por una hora, como regresar a noveno semestre de la universidad, temporada en la que además de estatura, cumpleaños y carrera, compartimos casa. 12 pasos nos separaban. Si tenía una idea ridícula a las 11pm, podía caminar esos 12 pasos hasta su puerta y tocar. Si súbitamente, ella sentía la necesidad de mostrarme un video de Supernatural, podía caminar los 12 pasos hasta mi puerta y tocar. Cuando nos aburríamos bajábamos a ver la tele o nos sentábamos las dos en la misma cama a platicar de todos los temas que ya hemos platicado quince veces. Cuando había proyectos enormes que terminar, pasábamos de trabajar en su cama (el cuarto es pequeño, así que no hay espacio para un escritorio) a repartirnos por mi recámara (escritorio o colchón) a tener encendida la luz del comedor hasta el amanecer, con mi perro fielmente acurrucado en la puerta de la cocina. Comer con ella fue recordar eso y hacer planes, porque uno hace planes con su familia. Y hay una boda en septiembre :)
Y hablando de cosas divertidas...
Fiestas. De unos meses para acá se me ha dado eso de las fiestas. Es soberanamente divertido. Dejé de ir a fiestas en la universidad. Es decir, salía con amigos a bares, al cine, a una que otra reunión socialmente relajada en casa de alguien conocido y cercano. Pero cero fiestas "como las de la prepa". Un amigo dice que dejamos de ir a fiestas así porque crecimos y maduramos y ya no las necesitamos. Yo digo que dejamos de ir a esas fiestas porque nos acomodamos muy bien en la rutina "bar de cervezas baratas y la seguimos en casa". No que tenga algo en contra, porque algunos de los mejores momentos del año pasado involucraron empezar una salida en algún barecillo coyoacanero, pasar por unos tacos al lugar de siempre, pasar a un Oxxo o Seven y llegar a mi casa con algún vodka o cervezas y un ipod con buena música. Pero en los últimos meses se presentaron oportunidades de ir a fiestear (sí, es un verbo, porque yo lo digo) y decidí tomar esas oportunidades. Y arrastrar a mis amigos conmigo. Vaya que nos hemos divertido. Aunque creo que sí comienzo a extrañar esas salidas de barecito tranquilo y/o cervezas en la sala y una buena partida de Gears of War o Magic.
Finalmente...
Libro. Historias de Las Historias. El viernes tuve la oportunidad de acompañar al escritor Alberto Chimal a presentar la antología de minificción Historias de Las Historias, donde aparece un cuento mío. La versión corta es que Chimal hace un concurso mensual de minificción en su sitio web, concursé hace como año y medio y gané. Un día me avisaron que antologarían a los ganadores. Otro día me avisaron que el libro estaba publicado. Otro día me invitaron a la presentación y me ofrecieron formar parte de la mesa con otros autores antologados. Yo dije que sí. Anuncié el evento en Facebook y empezaron a confirmar algunos amigos. Pensé "Será lindo que algunos amigos me acompañen". Had I known what was in store... El viernes a las 5pm, en la Librería Rosario Castellanos, parecía que traía conmigo una porra. Les agradezco infinitamente el haber llegado y haber estado conmigo en ese momento. Mamá, papá, Pao, Hernán, Fiance, Juan Enrique, Laura, Tirzo, Alex, Memo, Liz, Adri, Fer, Karina, Karen, Magui, Julio y Adriana. Y a quienes estuvieron telepáticamente porque la vida no siempre da para eso: Miri, Karlita, Andrea y mi hermano. Se siente bien bonito tanto cariño y apoyo.
Pues sí, una bonita semana indeed. Ya estaré contándoles sobre la siguiente semana... que será como el highlight del año:
De repente se me va la onda y dejo un poco abandonado este lado de mi vida virtual, ustedes disculpen. En los últimos meses, mi vida ha pasado de interesante a muy ocupada. No es que antes fuera yo una ociosa, pero es distinto dedicarte de lleno a la vida laboral que trabajar medio tiempo y estudiar la otra mitad.
Como algunos de ustedes recuerdan, me gradué de periodismo hace unos meses (7, para ser exactos) y desde entonces paso mis ocho horas reglamentarias (or so) en las oficinas de Editorial Mapas, donde trabajo para la revista Gatopardo y para la Nueva Guía del Centro Histórico. Toda la vida he sido una workaholic intensa que se carga de trabajo porque le resulta divertido. Así que un día, platicando con un amigo, pensamos "¿Y qué tal si abrimos un blog donde escribamos de todas las cosas que nos gustan?"... lo cual nos lleva a uno de los highlights de esta semana:
La Hora Libre. Esta semana abrimos el blog La Hora Libre. Llevaba en línea desde principios de junio, pero entre meterle contenido y armarlo en términos generales, habíamos tardado en hacerlo público. El sitio se explica a sí mismo, pero hago notar que con este proyecto tengo la fortuna de trabajar con personas a quienes a) quiero mucho, b) respeto en cantidades extranormales, y c) están más o menos igual de locos que yo (and that's saying something). Si les interesan el cine, la música, los cómics, la tecnología, los videojuegos y cosas por el estilo, hagan el favor de pasar a leernos. Agradecimientos especiales a Alex "Chinoz" Rocha (cofundador, coeditor y coetcétera), Miriam Ley (diseñadora gráfica y acompañante cafetera del diario), Genaro Chávez (ingeniero de mente compleja y una paciencia considerable), Leo Lozano (internacionalista, amigo de años y colaborador sumamente comprometido), Rodrigo Raya (hermano universitario, ultrafanático de la animación y analista no tan de clóset), Zyanya Zavaleta (mi hermana gemela y cómplice absoluta en mis locuras), Lalo Castillo (psicópata gamer y excelente amigo) y last but not least, a Raúl E. Pérez Rioja (fiance, dearest friend, cómplice, etc). Ellos forman parte del staff de este proyecto y están dando el salto de fe con nosotros.
En otro momento destacado de esta semana:
Comida gemela. Ya les he hablado sobre Zyanya. Es mi gemela, la adoro with all my heart, y se casa este septiembre. La vi el jueves y comimos juntas. Fue, por una hora, como regresar a noveno semestre de la universidad, temporada en la que además de estatura, cumpleaños y carrera, compartimos casa. 12 pasos nos separaban. Si tenía una idea ridícula a las 11pm, podía caminar esos 12 pasos hasta su puerta y tocar. Si súbitamente, ella sentía la necesidad de mostrarme un video de Supernatural, podía caminar los 12 pasos hasta mi puerta y tocar. Cuando nos aburríamos bajábamos a ver la tele o nos sentábamos las dos en la misma cama a platicar de todos los temas que ya hemos platicado quince veces. Cuando había proyectos enormes que terminar, pasábamos de trabajar en su cama (el cuarto es pequeño, así que no hay espacio para un escritorio) a repartirnos por mi recámara (escritorio o colchón) a tener encendida la luz del comedor hasta el amanecer, con mi perro fielmente acurrucado en la puerta de la cocina. Comer con ella fue recordar eso y hacer planes, porque uno hace planes con su familia. Y hay una boda en septiembre :)
Y hablando de cosas divertidas...
Fiestas. De unos meses para acá se me ha dado eso de las fiestas. Es soberanamente divertido. Dejé de ir a fiestas en la universidad. Es decir, salía con amigos a bares, al cine, a una que otra reunión socialmente relajada en casa de alguien conocido y cercano. Pero cero fiestas "como las de la prepa". Un amigo dice que dejamos de ir a fiestas así porque crecimos y maduramos y ya no las necesitamos. Yo digo que dejamos de ir a esas fiestas porque nos acomodamos muy bien en la rutina "bar de cervezas baratas y la seguimos en casa". No que tenga algo en contra, porque algunos de los mejores momentos del año pasado involucraron empezar una salida en algún barecillo coyoacanero, pasar por unos tacos al lugar de siempre, pasar a un Oxxo o Seven y llegar a mi casa con algún vodka o cervezas y un ipod con buena música. Pero en los últimos meses se presentaron oportunidades de ir a fiestear (sí, es un verbo, porque yo lo digo) y decidí tomar esas oportunidades. Y arrastrar a mis amigos conmigo. Vaya que nos hemos divertido. Aunque creo que sí comienzo a extrañar esas salidas de barecito tranquilo y/o cervezas en la sala y una buena partida de Gears of War o Magic.
Finalmente...
Libro. Historias de Las Historias. El viernes tuve la oportunidad de acompañar al escritor Alberto Chimal a presentar la antología de minificción Historias de Las Historias, donde aparece un cuento mío. La versión corta es que Chimal hace un concurso mensual de minificción en su sitio web, concursé hace como año y medio y gané. Un día me avisaron que antologarían a los ganadores. Otro día me avisaron que el libro estaba publicado. Otro día me invitaron a la presentación y me ofrecieron formar parte de la mesa con otros autores antologados. Yo dije que sí. Anuncié el evento en Facebook y empezaron a confirmar algunos amigos. Pensé "Será lindo que algunos amigos me acompañen". Had I known what was in store... El viernes a las 5pm, en la Librería Rosario Castellanos, parecía que traía conmigo una porra. Les agradezco infinitamente el haber llegado y haber estado conmigo en ese momento. Mamá, papá, Pao, Hernán, Fiance, Juan Enrique, Laura, Tirzo, Alex, Memo, Liz, Adri, Fer, Karina, Karen, Magui, Julio y Adriana. Y a quienes estuvieron telepáticamente porque la vida no siempre da para eso: Miri, Karlita, Andrea y mi hermano. Se siente bien bonito tanto cariño y apoyo.
Foto de Jorge Tirzo
Foto de Laura Yaniz
Foto de Karina Cabrera
¡¡San Diego Comic Con!!
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