Porque a veces necesito poner orden con qué escribí y qué publiqué en dónde.
Como muchos de ustedes saben, mi trabajo diario es ser editora web en la revista Gatopardo (¡en enero cumplo 2 años con ese puesto!) y editar también la Guía del Centro Histórico en Internet (¡yei!). Como otros saben, también co fundé y edito y reporteo en el sitio geek La Hora Libre (which rocks, by the way). A veces tengo la oportunidad de publicar en otros sitios, acerca de temas que me apasionan: Guillermo del Toro, Gilmore Girls, libros y música. Decidí que, para no perder perspectiva de qué publico cuándo y en dónde, intentaré enlistar mis textos cada cierto tiempo en este blog. Porque este blog ha sido la casa de mis experimentos literarios desde hace 9 años. Aquí escribí que nunca sería periodista (¡ja!) y fui registrando mis encuentros con bandas y demás ídolos.
Este año he publicado algunas cosas interesantes y otras que, además de su valor profesional, van cargadas de un valor personal muy intenso. Les dejo las que más me gustan.
"Nerdy Girls of Stars Hollow" - GeekGirlCon blog
Tuve mi primera publicación como bloguera invitada en el sitio web de GeekGirlCon, una convención de cultura pop ubicada en Seattle, enfocada a la equidad y representación de las mujeres en temas de entretenimiento y ciencia. Mi texto está en inglés y habla de los personajes principales de una de mis series favoritas de toda la vida: Gilmore Girls.
"Doctor Who World Tour en México" - La Hora Libre
Este año me conseguí un novio súper ñoño, nerd y geek. Y es lo máximo. Entre las cosas que ha traído a mi vida está Doctor Who, la famosísima serie de la BBC. Por ende, fuimos al show que dio el elenco en la Ciudad de México a mediados de agosto. Aquí está mi crónica al respecto.
Obituario de Dick Smith - La Hora Libre
Dick Smith fue el padrino del maquillaje de efectos especiales en Hollywood. Cuando murió, no quedaba más que honrarlo con un buen obituario.
"Guillermo del Toro's Monster Cinema" - La Hora Libre / Deltorocon.com
Tuve la fortuna (y el honor) de participar con un ensayo en Del Toro Con, la convención de y para fans del trabajo de Guillermo del Toro. Escribí acerca de la iconografía y temas en las películas dirigidas por Del Toro, en preparación para otro texto sobre el tema. ¡Gracias, Parker y Gary!
"Festival de contrastes" - Gatopardo
Mi crónica del Corona Capital 2014.
"De oruga a mariposa Monarca" - Gatopardo
Entrevista con Germán y Lu, de La Gusana Ciega, por su nuevo álbum Monarca.
"Valiente" - Gatopardo
Entrevista con Cecilia Peck (directora de cine e hija de Gregory Peck) acerca del documental Brave Miss World, que trata la vida de Linor Abargil, la reina de belleza que alzó la voz contra la violencia sexual.
LA CEREZA DEL PASTEL
"Los monstruos de Guillermo del Toro" - Gatopardo
En marzo de este año fui a Toronto a visitar el set de filmación de Crimson Peak, la nueva película de horror gótico de Guillermo del Toro. Aunque la estrenarán hasta octubre de 2015, pude hablar un poco sobre ella y un mucho sobre este genio del cine en un perfil que me tomó casi un año construir y que fue publicado (¡por fin!) en el número 154 de Gatopardo (en la edición ecuatoriana fue portada). Best work ever.
No hay un periodo en particular en esta lista, excepto quizá que todos estos textos se escribieron y publicaron en 2014.
Ojalá los disfruten.
Escribo desde que descubrí que se podía. Aquí va de todo: mis obsesiones, mis detrás de cámaras, mis experimentos.
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jueves, noviembre 13, 2014
domingo, julio 08, 2012
Highlights de la semana
Un rápido recuento de una buena semana.
De repente se me va la onda y dejo un poco abandonado este lado de mi vida virtual, ustedes disculpen. En los últimos meses, mi vida ha pasado de interesante a muy ocupada. No es que antes fuera yo una ociosa, pero es distinto dedicarte de lleno a la vida laboral que trabajar medio tiempo y estudiar la otra mitad.
Como algunos de ustedes recuerdan, me gradué de periodismo hace unos meses (7, para ser exactos) y desde entonces paso mis ocho horas reglamentarias (or so) en las oficinas de Editorial Mapas, donde trabajo para la revista Gatopardo y para la Nueva Guía del Centro Histórico. Toda la vida he sido una workaholic intensa que se carga de trabajo porque le resulta divertido. Así que un día, platicando con un amigo, pensamos "¿Y qué tal si abrimos un blog donde escribamos de todas las cosas que nos gustan?"... lo cual nos lleva a uno de los highlights de esta semana:
La Hora Libre. Esta semana abrimos el blog La Hora Libre. Llevaba en línea desde principios de junio, pero entre meterle contenido y armarlo en términos generales, habíamos tardado en hacerlo público. El sitio se explica a sí mismo, pero hago notar que con este proyecto tengo la fortuna de trabajar con personas a quienes a) quiero mucho, b) respeto en cantidades extranormales, y c) están más o menos igual de locos que yo (and that's saying something). Si les interesan el cine, la música, los cómics, la tecnología, los videojuegos y cosas por el estilo, hagan el favor de pasar a leernos. Agradecimientos especiales a Alex "Chinoz" Rocha (cofundador, coeditor y coetcétera), Miriam Ley (diseñadora gráfica y acompañante cafetera del diario), Genaro Chávez (ingeniero de mente compleja y una paciencia considerable), Leo Lozano (internacionalista, amigo de años y colaborador sumamente comprometido), Rodrigo Raya (hermano universitario, ultrafanático de la animación y analista no tan de clóset), Zyanya Zavaleta (mi hermana gemela y cómplice absoluta en mis locuras), Lalo Castillo (psicópata gamer y excelente amigo) y last but not least, a Raúl E. Pérez Rioja (fiance, dearest friend, cómplice, etc). Ellos forman parte del staff de este proyecto y están dando el salto de fe con nosotros.
En otro momento destacado de esta semana:
Comida gemela. Ya les he hablado sobre Zyanya. Es mi gemela, la adoro with all my heart, y se casa este septiembre. La vi el jueves y comimos juntas. Fue, por una hora, como regresar a noveno semestre de la universidad, temporada en la que además de estatura, cumpleaños y carrera, compartimos casa. 12 pasos nos separaban. Si tenía una idea ridícula a las 11pm, podía caminar esos 12 pasos hasta su puerta y tocar. Si súbitamente, ella sentía la necesidad de mostrarme un video de Supernatural, podía caminar los 12 pasos hasta mi puerta y tocar. Cuando nos aburríamos bajábamos a ver la tele o nos sentábamos las dos en la misma cama a platicar de todos los temas que ya hemos platicado quince veces. Cuando había proyectos enormes que terminar, pasábamos de trabajar en su cama (el cuarto es pequeño, así que no hay espacio para un escritorio) a repartirnos por mi recámara (escritorio o colchón) a tener encendida la luz del comedor hasta el amanecer, con mi perro fielmente acurrucado en la puerta de la cocina. Comer con ella fue recordar eso y hacer planes, porque uno hace planes con su familia. Y hay una boda en septiembre :)
Y hablando de cosas divertidas...
Fiestas. De unos meses para acá se me ha dado eso de las fiestas. Es soberanamente divertido. Dejé de ir a fiestas en la universidad. Es decir, salía con amigos a bares, al cine, a una que otra reunión socialmente relajada en casa de alguien conocido y cercano. Pero cero fiestas "como las de la prepa". Un amigo dice que dejamos de ir a fiestas así porque crecimos y maduramos y ya no las necesitamos. Yo digo que dejamos de ir a esas fiestas porque nos acomodamos muy bien en la rutina "bar de cervezas baratas y la seguimos en casa". No que tenga algo en contra, porque algunos de los mejores momentos del año pasado involucraron empezar una salida en algún barecillo coyoacanero, pasar por unos tacos al lugar de siempre, pasar a un Oxxo o Seven y llegar a mi casa con algún vodka o cervezas y un ipod con buena música. Pero en los últimos meses se presentaron oportunidades de ir a fiestear (sí, es un verbo, porque yo lo digo) y decidí tomar esas oportunidades. Y arrastrar a mis amigos conmigo. Vaya que nos hemos divertido. Aunque creo que sí comienzo a extrañar esas salidas de barecito tranquilo y/o cervezas en la sala y una buena partida de Gears of War o Magic.
Finalmente...
Libro. Historias de Las Historias. El viernes tuve la oportunidad de acompañar al escritor Alberto Chimal a presentar la antología de minificción Historias de Las Historias, donde aparece un cuento mío. La versión corta es que Chimal hace un concurso mensual de minificción en su sitio web, concursé hace como año y medio y gané. Un día me avisaron que antologarían a los ganadores. Otro día me avisaron que el libro estaba publicado. Otro día me invitaron a la presentación y me ofrecieron formar parte de la mesa con otros autores antologados. Yo dije que sí. Anuncié el evento en Facebook y empezaron a confirmar algunos amigos. Pensé "Será lindo que algunos amigos me acompañen". Had I known what was in store... El viernes a las 5pm, en la Librería Rosario Castellanos, parecía que traía conmigo una porra. Les agradezco infinitamente el haber llegado y haber estado conmigo en ese momento. Mamá, papá, Pao, Hernán, Fiance, Juan Enrique, Laura, Tirzo, Alex, Memo, Liz, Adri, Fer, Karina, Karen, Magui, Julio y Adriana. Y a quienes estuvieron telepáticamente porque la vida no siempre da para eso: Miri, Karlita, Andrea y mi hermano. Se siente bien bonito tanto cariño y apoyo.
Pues sí, una bonita semana indeed. Ya estaré contándoles sobre la siguiente semana... que será como el highlight del año:
De repente se me va la onda y dejo un poco abandonado este lado de mi vida virtual, ustedes disculpen. En los últimos meses, mi vida ha pasado de interesante a muy ocupada. No es que antes fuera yo una ociosa, pero es distinto dedicarte de lleno a la vida laboral que trabajar medio tiempo y estudiar la otra mitad.
Como algunos de ustedes recuerdan, me gradué de periodismo hace unos meses (7, para ser exactos) y desde entonces paso mis ocho horas reglamentarias (or so) en las oficinas de Editorial Mapas, donde trabajo para la revista Gatopardo y para la Nueva Guía del Centro Histórico. Toda la vida he sido una workaholic intensa que se carga de trabajo porque le resulta divertido. Así que un día, platicando con un amigo, pensamos "¿Y qué tal si abrimos un blog donde escribamos de todas las cosas que nos gustan?"... lo cual nos lleva a uno de los highlights de esta semana:
La Hora Libre. Esta semana abrimos el blog La Hora Libre. Llevaba en línea desde principios de junio, pero entre meterle contenido y armarlo en términos generales, habíamos tardado en hacerlo público. El sitio se explica a sí mismo, pero hago notar que con este proyecto tengo la fortuna de trabajar con personas a quienes a) quiero mucho, b) respeto en cantidades extranormales, y c) están más o menos igual de locos que yo (and that's saying something). Si les interesan el cine, la música, los cómics, la tecnología, los videojuegos y cosas por el estilo, hagan el favor de pasar a leernos. Agradecimientos especiales a Alex "Chinoz" Rocha (cofundador, coeditor y coetcétera), Miriam Ley (diseñadora gráfica y acompañante cafetera del diario), Genaro Chávez (ingeniero de mente compleja y una paciencia considerable), Leo Lozano (internacionalista, amigo de años y colaborador sumamente comprometido), Rodrigo Raya (hermano universitario, ultrafanático de la animación y analista no tan de clóset), Zyanya Zavaleta (mi hermana gemela y cómplice absoluta en mis locuras), Lalo Castillo (psicópata gamer y excelente amigo) y last but not least, a Raúl E. Pérez Rioja (fiance, dearest friend, cómplice, etc). Ellos forman parte del staff de este proyecto y están dando el salto de fe con nosotros.
En otro momento destacado de esta semana:
Comida gemela. Ya les he hablado sobre Zyanya. Es mi gemela, la adoro with all my heart, y se casa este septiembre. La vi el jueves y comimos juntas. Fue, por una hora, como regresar a noveno semestre de la universidad, temporada en la que además de estatura, cumpleaños y carrera, compartimos casa. 12 pasos nos separaban. Si tenía una idea ridícula a las 11pm, podía caminar esos 12 pasos hasta su puerta y tocar. Si súbitamente, ella sentía la necesidad de mostrarme un video de Supernatural, podía caminar los 12 pasos hasta mi puerta y tocar. Cuando nos aburríamos bajábamos a ver la tele o nos sentábamos las dos en la misma cama a platicar de todos los temas que ya hemos platicado quince veces. Cuando había proyectos enormes que terminar, pasábamos de trabajar en su cama (el cuarto es pequeño, así que no hay espacio para un escritorio) a repartirnos por mi recámara (escritorio o colchón) a tener encendida la luz del comedor hasta el amanecer, con mi perro fielmente acurrucado en la puerta de la cocina. Comer con ella fue recordar eso y hacer planes, porque uno hace planes con su familia. Y hay una boda en septiembre :)
Y hablando de cosas divertidas...
Fiestas. De unos meses para acá se me ha dado eso de las fiestas. Es soberanamente divertido. Dejé de ir a fiestas en la universidad. Es decir, salía con amigos a bares, al cine, a una que otra reunión socialmente relajada en casa de alguien conocido y cercano. Pero cero fiestas "como las de la prepa". Un amigo dice que dejamos de ir a fiestas así porque crecimos y maduramos y ya no las necesitamos. Yo digo que dejamos de ir a esas fiestas porque nos acomodamos muy bien en la rutina "bar de cervezas baratas y la seguimos en casa". No que tenga algo en contra, porque algunos de los mejores momentos del año pasado involucraron empezar una salida en algún barecillo coyoacanero, pasar por unos tacos al lugar de siempre, pasar a un Oxxo o Seven y llegar a mi casa con algún vodka o cervezas y un ipod con buena música. Pero en los últimos meses se presentaron oportunidades de ir a fiestear (sí, es un verbo, porque yo lo digo) y decidí tomar esas oportunidades. Y arrastrar a mis amigos conmigo. Vaya que nos hemos divertido. Aunque creo que sí comienzo a extrañar esas salidas de barecito tranquilo y/o cervezas en la sala y una buena partida de Gears of War o Magic.
Finalmente...
Libro. Historias de Las Historias. El viernes tuve la oportunidad de acompañar al escritor Alberto Chimal a presentar la antología de minificción Historias de Las Historias, donde aparece un cuento mío. La versión corta es que Chimal hace un concurso mensual de minificción en su sitio web, concursé hace como año y medio y gané. Un día me avisaron que antologarían a los ganadores. Otro día me avisaron que el libro estaba publicado. Otro día me invitaron a la presentación y me ofrecieron formar parte de la mesa con otros autores antologados. Yo dije que sí. Anuncié el evento en Facebook y empezaron a confirmar algunos amigos. Pensé "Será lindo que algunos amigos me acompañen". Had I known what was in store... El viernes a las 5pm, en la Librería Rosario Castellanos, parecía que traía conmigo una porra. Les agradezco infinitamente el haber llegado y haber estado conmigo en ese momento. Mamá, papá, Pao, Hernán, Fiance, Juan Enrique, Laura, Tirzo, Alex, Memo, Liz, Adri, Fer, Karina, Karen, Magui, Julio y Adriana. Y a quienes estuvieron telepáticamente porque la vida no siempre da para eso: Miri, Karlita, Andrea y mi hermano. Se siente bien bonito tanto cariño y apoyo.
Foto de Jorge Tirzo
Foto de Laura Yaniz
Foto de Karina Cabrera
¡¡San Diego Comic Con!!
lunes, enero 23, 2012
Reloading...
Cinco meses de silencio. No tengo perdón de Dios. Y, ¿por qué? ¿es acaso el miedo a la pantalla? ¿a que me falten las palabras? ¿a que me sobren? No es que no se me ocurran temas, es quizá el eterno temorcillo a ... ¿a qué? No lo sé, francamente. Pero hoy escribo estas palabras porque me disculpo (más con el propio espacio que conmigo).
No es, puedo asegurar (creo), el miedo a que nadie me lea, pues aunque agradezco todo par de ojos que pase por estos rumbos, el deber del escritor es, ante todo, consigo mismo. Y mi deber como escritora (tejedora de palabras, como un amigo me dijera hace algunos años) es, primero que otra cosa, conmigo misma. Porque todos los días escribo (o redacto, que no es igual) en mi cabeza, al menos unas cuantas cuartillas, pero de eso a que sobrevivan el trayecto del metro o el microbús, ya es otro asunto.
Por eso hoy, antes de empezar mis menesteres laborales, me tomo un ratito para medio poner en el editor de texto una entrada que desarrollé en mis quince minutos que van de metro Patriotismo a la oficina de la editorial donde trabajo.
Debo recuentos sobre lo sucedido entre el 20 de agosto y los mediados de diciembre del año pasado, que marcan los límites aproximados de ese último semestre universitario. Debo agradecimientos y recordatorios que no he escrito, quizá, porque me da miedito esto de la remembranza cursilona (porque, después de todo, soy, efectivamente, una nena). Y sin embargo (tiene razón Arturo, es bonito decir "y sin embargo") estoy consciente de que son necesarios. Los escribiré, seguramente más tarde que temprano, dentro de, tal vez, algunos años. Cuando me entre la nostalgia por los cafés, charlas, regresos en autobús, salidas épicas, exámenes, peleas y demás intercambios mágicos que componen la estructura ósea de mi vida académica y social de aquellos meses.
Hoy, no obstante, recuerdo que también debería serme útil y escribir un poco sobre cada libro que leo. Porque aunque no tanto como cuando era más chica, sigo devorando un poco de novela, otro de ensayo histórico, otro montoncillo de cuento, etcétera. Y películas, también, porque tras mis sequías cinematográficas, últimamente he regresado a los complejos y las butacas, aunque nunca abandoné en realidad eso de ver películas, que es una actividad muy engranada en mi familia.
Y música, por supuesto. Considerando que es una de mis carreteras para la vida, sería interesante darle una repasadita a mi música. Y buscar también algo nuevo, porque sigo muy metida en mis clásicos.
En fin, que quizá incluso me ponga a hacer bitácoras laborales, porque con esto del reporteo en los temas que me llenan voy encontrándome con algunas experiencias molto interesantes. Quién sabe, a lo mejor en unos meses les blogueo desde, no sé, alguna de esas cosas geeks que tanto me gustan.
Por cierto, disculpen si de repente el blog pasa del español al inglés, pero sin afán de sonar pretenciosa, a veces no puedo evitar que ciertos temas se me construyan mejor en modo anglosajón. Es inevitable. Vaya, pero si quienes hablan más conmigo lo viven día tras día.
Habiendo establecido estas condiciones, me despido por hoy, pero no por mucho tiempo más. Feliz año pseudo apocalíptico :)
No es, puedo asegurar (creo), el miedo a que nadie me lea, pues aunque agradezco todo par de ojos que pase por estos rumbos, el deber del escritor es, ante todo, consigo mismo. Y mi deber como escritora (tejedora de palabras, como un amigo me dijera hace algunos años) es, primero que otra cosa, conmigo misma. Porque todos los días escribo (o redacto, que no es igual) en mi cabeza, al menos unas cuantas cuartillas, pero de eso a que sobrevivan el trayecto del metro o el microbús, ya es otro asunto.
Por eso hoy, antes de empezar mis menesteres laborales, me tomo un ratito para medio poner en el editor de texto una entrada que desarrollé en mis quince minutos que van de metro Patriotismo a la oficina de la editorial donde trabajo.
Debo recuentos sobre lo sucedido entre el 20 de agosto y los mediados de diciembre del año pasado, que marcan los límites aproximados de ese último semestre universitario. Debo agradecimientos y recordatorios que no he escrito, quizá, porque me da miedito esto de la remembranza cursilona (porque, después de todo, soy, efectivamente, una nena). Y sin embargo (tiene razón Arturo, es bonito decir "y sin embargo") estoy consciente de que son necesarios. Los escribiré, seguramente más tarde que temprano, dentro de, tal vez, algunos años. Cuando me entre la nostalgia por los cafés, charlas, regresos en autobús, salidas épicas, exámenes, peleas y demás intercambios mágicos que componen la estructura ósea de mi vida académica y social de aquellos meses.
Hoy, no obstante, recuerdo que también debería serme útil y escribir un poco sobre cada libro que leo. Porque aunque no tanto como cuando era más chica, sigo devorando un poco de novela, otro de ensayo histórico, otro montoncillo de cuento, etcétera. Y películas, también, porque tras mis sequías cinematográficas, últimamente he regresado a los complejos y las butacas, aunque nunca abandoné en realidad eso de ver películas, que es una actividad muy engranada en mi familia.
Y música, por supuesto. Considerando que es una de mis carreteras para la vida, sería interesante darle una repasadita a mi música. Y buscar también algo nuevo, porque sigo muy metida en mis clásicos.
En fin, que quizá incluso me ponga a hacer bitácoras laborales, porque con esto del reporteo en los temas que me llenan voy encontrándome con algunas experiencias molto interesantes. Quién sabe, a lo mejor en unos meses les blogueo desde, no sé, alguna de esas cosas geeks que tanto me gustan.
Por cierto, disculpen si de repente el blog pasa del español al inglés, pero sin afán de sonar pretenciosa, a veces no puedo evitar que ciertos temas se me construyan mejor en modo anglosajón. Es inevitable. Vaya, pero si quienes hablan más conmigo lo viven día tras día.
Habiendo establecido estas condiciones, me despido por hoy, pero no por mucho tiempo más. Feliz año pseudo apocalíptico :)
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