Primer día del año. ¿Qué mejor manera de comenzar un nuevo ciclo que haciendo algo extraordinario?
Estoy limpiando mi cuarto. No en este momento, pues me tomo un descanso post-comida, pero llevo toda la mañana en eso y pretendo dedicarle el resto de la tarde. Especialmente porque si no termino al menos la parte que inicié hoy, tendré que dormir en la sala.
No me enorgullece tener mi recámara convertida en zona de guerra durante la mayor parte del año, pero no podía evitarlo: soy un caos. Un pequeño huracán que siempre está haciendo tres cosas a la vez y que no tiene la mínima noción de orden. Eso está cambiando, por eso empiezo el año con una limpieza profunda en mi habitación.
Otro semi propósito es continuar con esto de escribir todos los días. Sería interesante si me proponen temas, porque si no estarán sujetos a lo que mi imaginación u ocio me dicten. En fin, iré a continuar con aquello de trapear...
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