Señoras y señores, avísoles que he abierto un nuevo espacio, uno más público, en MyMsnSpaces... bajo el nombre de Bosque de Sombras v3.0 y con la terminación /mudbloodkitchen.
No por ello he de terminar este, sin embargo, se complica un poco postear en tres bosques a la vez... mi site de xanga lo sabe por dolorosa experiencia... he de volver.
Escribo desde que descubrí que se podía. Aquí va de todo: mis obsesiones, mis detrás de cámaras, mis experimentos.
martes, septiembre 06, 2005
domingo, septiembre 04, 2005
Hoy tengo miedo...
de no volver a sentir... de no poder olvidar... de no poder continuar... de no dejarme llevar...
Tengo miedo de ti, de encontrarte entre mis ideales perdidos o entre el olor a rosas que desprende el sol sobre la terraza. Tengo miedo de saber de tus andanzas y tus playas y las mil colmenas que has de probar cada mañana. Tengo miedo de acordarme de cada latido y de cada punzada. Tengo miedo de llorar cada noche esta ausencia que me mata. Tengo miedo de mirarte y no verme más en tus pupilas dilatadas. Tengo miedo de acariciar mi pelo y saber que mi mano es mi mano y no tus dedos suaves, llameantes. Tengo miedo de sentir tu fuerte espalda entre mis lazos como cuando me abrazabas. Tengo miedo de correr la última plaza para no verte sentado entre las plantas. Tengo miedo de soñarte caminando por las calles, por horror a despertar y no tocarte. Tengo miedo de esperarte en la ventana porque sé que nunca serás aquella nube blanca. Tengo miedo de llamarte y escuchar tu voz una vez más y asustarme y colgar. Tengo miedo de escribirte alguna carta por si acaso algún día decides leer y analizarla. Tengo miedo de adorarte como a un santo en las largas horas de mi soledad. Tengo miedo de fotografiarte en cualquier momento de la tarde. Tengo miedo de lograr mi ansiada meta de olvidarte, por si alguna vez regresas y encuentras la casa como la dejaste, y te acercas y escoges quedarte a comer... o sólo a tomar una taza de café...
Tengo miedo de ti, de encontrarte entre mis ideales perdidos o entre el olor a rosas que desprende el sol sobre la terraza. Tengo miedo de saber de tus andanzas y tus playas y las mil colmenas que has de probar cada mañana. Tengo miedo de acordarme de cada latido y de cada punzada. Tengo miedo de llorar cada noche esta ausencia que me mata. Tengo miedo de mirarte y no verme más en tus pupilas dilatadas. Tengo miedo de acariciar mi pelo y saber que mi mano es mi mano y no tus dedos suaves, llameantes. Tengo miedo de sentir tu fuerte espalda entre mis lazos como cuando me abrazabas. Tengo miedo de correr la última plaza para no verte sentado entre las plantas. Tengo miedo de soñarte caminando por las calles, por horror a despertar y no tocarte. Tengo miedo de esperarte en la ventana porque sé que nunca serás aquella nube blanca. Tengo miedo de llamarte y escuchar tu voz una vez más y asustarme y colgar. Tengo miedo de escribirte alguna carta por si acaso algún día decides leer y analizarla. Tengo miedo de adorarte como a un santo en las largas horas de mi soledad. Tengo miedo de fotografiarte en cualquier momento de la tarde. Tengo miedo de lograr mi ansiada meta de olvidarte, por si alguna vez regresas y encuentras la casa como la dejaste, y te acercas y escoges quedarte a comer... o sólo a tomar una taza de café...
sábado, septiembre 03, 2005
Una luz cegadora, un disparo de nieve...
Te amo como la rosa al invierno
como la luna ama al cielo
Te amo como una estrella a la noche
como los tordos al bosque
Te olvido en las gotas de lluvia
en las miradas turbias
Te olvido en el sofá acolchonado
en el silencio de mil manteles bordados
Te busco entre caléndulas finas
entre cojines y sillas
Te busco entre mares sin rostro y
entre los espejos rotos
Te encuentro, te atrapo
Te miro, te extraño
Te lanzo, te amanzo
Te leo, te alabo
Te amo como el cincel ama al clavo
como la nube al ocaso
Te amo como la rosa al invierno
como los gritos al viento
como la luna ama al cielo
Te amo como una estrella a la noche
como los tordos al bosque
Te olvido en las gotas de lluvia
en las miradas turbias
Te olvido en el sofá acolchonado
en el silencio de mil manteles bordados
Te busco entre caléndulas finas
entre cojines y sillas
Te busco entre mares sin rostro y
entre los espejos rotos
Te encuentro, te atrapo
Te miro, te extraño
Te lanzo, te amanzo
Te leo, te alabo
Te amo como el cincel ama al clavo
como la nube al ocaso
Te amo como la rosa al invierno
como los gritos al viento

miércoles, agosto 31, 2005
I've got another confession to make: I'm your fool...
Hay formas muy sutiles de pedir perdón... como el café que te dejo de madrugada ya listo en la cafetera. O el silencio que antecede a un beso tuyo en mi frente. Aunque suene extraño, me gusta cuando peleamos, porque siempre tras gritarnos o no hablarnos suceden movimientos estelares inesperados. A veces te acercas y desde la puerta te siento entrar, y hago como que no te oigo o no me fijo y me soplas un poco el cabello, entonces te miro y eres de pronto descanso eterno. También pasa que cuando te hago enojar por algún olvido, lloro triste, encerrada en el baño, para salir en unos minutos a enmendar el camino.
Te perdono todo cuando te veo llegar a casa, cansado, y saludas al perro y me gritas "¡Espejo!" y abandono lo que sea que esté haciendo para correr a tu encuentro. Te perdono en la alcoba apagada, que cierras la ventana azotando las persianas, te perdono cuando te metes entre las sábanas y pones tu mano en mi mano callada. Te perdono que lluevas en mis días de sol, cuando frotas tu nariz en mi hombro y suspiras "te quiero". Te perdono los labios marcados por el constante veneno que tu voz exhala en las tardes frías de enero. Te perdono cuando hablas de tus deseos y de tus sueños y no vacilas en hacerme parte de ellos.
Te pido perdón cuando te grito desde arriba que "¡se te olvidan las llaves de la casa!" y tú volteas y me sonríes y me perdonas, y atrapas el llavero que ya lancé hacia tu cara... perdonas que mi puntería sea tan mala. Perdonas mis desplantes de nana y aunque me discutas primero terminas abrazándome y llamándome "amada". Perdonas que se me haga tarde y me dé la vuelta cinco veces antes de salir a la calle. Perdonas que de noche me levante por un vaso con agua y sin querer te despierte al tropezar con lo que sea que dejamos en el suelo o que el perro tiró en la entrada.
Por eso cuando discutimos no me altero, ni me pierdo. Por eso siempre que estás en la oficina te llamo y te describo un beso. Y así en la tarde, cuando volvemos a vernos, me acomodo a tu lado y me acurruco en tus brazos. Contigo mi universo es siempre bello, contigo nunca siento celos, contigo no existe el solsticio de invierno. Hay formas muy sutiles de pedir perdón... pero cuando sólo quererte no basta, me arranco el orgullo, me busco en tus ojos y murmuro en tu boca, con tus labios fruncidos de crudo dolor, "Perdón, te amo, no fue mi intención...". Y pronto en tu alma me encierro, y pronto en la mía te escondes... ahí en ese rincón donde tú y yo somos eternos.
Te perdono todo cuando te veo llegar a casa, cansado, y saludas al perro y me gritas "¡Espejo!" y abandono lo que sea que esté haciendo para correr a tu encuentro. Te perdono en la alcoba apagada, que cierras la ventana azotando las persianas, te perdono cuando te metes entre las sábanas y pones tu mano en mi mano callada. Te perdono que lluevas en mis días de sol, cuando frotas tu nariz en mi hombro y suspiras "te quiero". Te perdono los labios marcados por el constante veneno que tu voz exhala en las tardes frías de enero. Te perdono cuando hablas de tus deseos y de tus sueños y no vacilas en hacerme parte de ellos.
Te pido perdón cuando te grito desde arriba que "¡se te olvidan las llaves de la casa!" y tú volteas y me sonríes y me perdonas, y atrapas el llavero que ya lancé hacia tu cara... perdonas que mi puntería sea tan mala. Perdonas mis desplantes de nana y aunque me discutas primero terminas abrazándome y llamándome "amada". Perdonas que se me haga tarde y me dé la vuelta cinco veces antes de salir a la calle. Perdonas que de noche me levante por un vaso con agua y sin querer te despierte al tropezar con lo que sea que dejamos en el suelo o que el perro tiró en la entrada.
Por eso cuando discutimos no me altero, ni me pierdo. Por eso siempre que estás en la oficina te llamo y te describo un beso. Y así en la tarde, cuando volvemos a vernos, me acomodo a tu lado y me acurruco en tus brazos. Contigo mi universo es siempre bello, contigo nunca siento celos, contigo no existe el solsticio de invierno. Hay formas muy sutiles de pedir perdón... pero cuando sólo quererte no basta, me arranco el orgullo, me busco en tus ojos y murmuro en tu boca, con tus labios fruncidos de crudo dolor, "Perdón, te amo, no fue mi intención...". Y pronto en tu alma me encierro, y pronto en la mía te escondes... ahí en ese rincón donde tú y yo somos eternos.
domingo, agosto 28, 2005
Veneno tú me das...
¿Quién tomará mi mano entre las nubes negras de tu funeral?
¿Quién llevará las flores blancas?
¿Con quién he de llorar hasta las tantas?
¿Con quién reír de tus miradas vagas?
¿Cómo sentir tu mejilla raspada?
¿Cómo pelear contra un suspiro del cielo?
¿Cuándo mojar en mi sangre las láminas de arte?
¿Cuándo cantar esos salmos que me enseñaste?
¿Por qué perdernos en la selva oscura?
¿Por qué jugar a que no volveremos a vernos?
¿Dónde mirar cuando busque tus besos de sal?
¿Dónde soñar si mi jardín está cerrado y la llave está oculta entre tus brazos?
¿A quién rezar cada mañana entre las sábanas blancas?
¿A quién llamar desesperada y recibir palabras francas?
¿Para qué gritarle a la noche "¡falsa!"?
¿Para qué comprar más sortijas heladas?
¿Con qué despertar y vivir la próxima semana?
¿Con qué cuestionar una sonrisa alada?
¿Para quién si ya te fuiste?
¿Para quién si con tu caja estoy enterrando mi alma?
¿Quién llevará las flores blancas?
¿Con quién he de llorar hasta las tantas?
¿Con quién reír de tus miradas vagas?
¿Cómo sentir tu mejilla raspada?
¿Cómo pelear contra un suspiro del cielo?
¿Cuándo mojar en mi sangre las láminas de arte?
¿Cuándo cantar esos salmos que me enseñaste?
¿Por qué perdernos en la selva oscura?
¿Por qué jugar a que no volveremos a vernos?
¿Dónde mirar cuando busque tus besos de sal?
¿Dónde soñar si mi jardín está cerrado y la llave está oculta entre tus brazos?
¿A quién rezar cada mañana entre las sábanas blancas?
¿A quién llamar desesperada y recibir palabras francas?
¿Para qué gritarle a la noche "¡falsa!"?
¿Para qué comprar más sortijas heladas?
¿Con qué despertar y vivir la próxima semana?
¿Con qué cuestionar una sonrisa alada?
¿Para quién si ya te fuiste?
¿Para quién si con tu caja estoy enterrando mi alma?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)