Hace algunos meses supe de la existencia de "The Boat That Rocked". Pasaban las semanas y nada de estrenarse en México. Hasta que la colocaron en como 2 cines del DF con ubicación y horarios que mi falta de transporte no consiguió cubrir. Pensé "Ya habrá oportunidad". La película fue estrenada la semana pasada en mi sistema de TV de paga; hoy, después de bastante labor de convencimiento, mis padres y yo nos acomodamos en la sala para verla.
Oh My Freaking God.
Philip Seymour Hoffman es brillante, Bill Nighy es genialmente ácido, Chris O'Dowd es dulce y algo patético (su personaje, no él como actor), hay una buenísima aparición de Emma Thompson como una madre algo disipada, Kenneth Branagh odioso (es decir, fabuloso)... por decir lo que más aprecié en cuanto al reparto.
El pretexto para contar la historia es la llegada de Carl, ahijado del director de la estación, abordo de Radio Rock, una estación de radio pirata que transmite rock las 24 horas. El detonante es la decisión de cierto funcionario público de clausurar la inmoralidad de las estaciones ilegales que transmiten rock para pervertir la mente de los pobres pobres ingleses. Aunque la trama de Carl inicia el cuento, pronto se funde con el resto de los personajes para darle forma a la verdadera protagonista: la estación de radio. Aquí, todos los miembros de la tripulación importan (excepto quienes de hecho manejan el barco), todos tienen su momento de gloria, todos tienen su guiño hacia el público. Incluso el silencioso y ermitaño Bob (el Bicho atrapará la coincidencia de los Bobs calladitos), quien protagoniza una de las escenas más conmovedoras de mi vida (es decir, lloré como la nena que soy)...
Otra coincidencia para que capte el Bicho (y quien guste captarla, por favor, están invitados) son tres diálogos intensos del buen Philip Seymour. Estoy 99% segura de que Richard Curtis (escritor y director de esta cinta) vio "Almost Famous" en algún punto de la vida y cuando llegó el momento de encarnar a The Count vinieron a su mente el diálogo entre Lester Bangs y William Miller en la cafetería y más tarde un diálogo telefónico entre los mismos personajes (el de "The only true currency in this bankrupt world is what we share with someone else when we're uncool"). En "The Boat That Rocked", The Count dice grandes verdades que... hey, tal vez sólo sean sabiduría en mi cabeza, pero son magníficas:
"To all our listeners, this is what I have to say - God bless you all. And as for you bastards in charge, don't dream it's over. Years will come, years will go, and politicians will do fuck all to make the world a better place. But all over the world, young men and young women will always dream dreams and put those dreams into song. Nothing important dies tonight, just a few ugly guys on a crappy ship. The only sadness tonight is that, in future years, there'll be so many fantastic songs that it will not be our privilege to play. But, believe you me, they will still be written, they will still be sung and they will be the wonder of the world."
Cada alma en ese barco está de acuerdo con Simon (Chris O'Dowd) cuando afirma: "I live for music. And now, with nothing else to live for, I'm willing to die for it as well."
"The Boat That Rocked" no tuvo que escalar, entró directo en mi top 10, probablemente en mi top 5. Porque bueno... Don McLean lo expresa mejor que yo: "Do you believe in rock and roll? Can music save your mortal soul?"
Yo respondo sí, sí puede.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario