Esta noche es noche de notas al aire...
Me da un poco de susto conocer a alguien que ama al cine (la experiencia del cine) con tanto candor. Va más allá de mí.
He hallado un nuevo término: ensonrecedor. Dícese de aquella palabra, situación, hecho o acontecimiento que provoca una sonrisa en el espectador, oyente, lector, o sujeto involucrado. Es un concepto preciso, de acuerdo con mi hipotálamo y conmigo.
No hay día que pase que no refuerce mi absoluta, total y completa fe en la música. Hoy en la mañana mi paseo en microbús fue abismalmente distinto de mi último viernes en microbús. Hoy una niña subió al camión, una chica de unos 16 años, mezclillas gastados, mochila gastada, expresión gastada. Esta vez no sentí miedo, ni siquiera preocupación. Se sujetó al poste cercano a la puerta de salida y así parada extrajo de su morral hojas pautadas. Empezó a cantar. Ópera. Bien. Más que bien. Me bajé un par de cuadras después. Sólo pude darle 2 pesos porque me quedaban alrededor de 10 para otro micro y el regreso.
Se nos frustró una fiesta. Espero que el pie de Liz se recupere pronto, para compensarla :)
Hay noches como ésta que uno no se explica. El ambiente se siente mágico, cargado de un algo universal... como de paz, pero no una paz quieta, una paz alegre, silenciosa... trepidante.
Y en medio de todo, alguien sonríe.
1 comentario:
Alguien sonríe, otro llora.
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