El recuento de los daños, digo, del año.
Tengo dos palabras para describir el 2014: inesperado e inexplicable. Hubo de todo... dolor, alegrías, éxitos profesionales. Viajes. Aventuras. Desastres. Oportunidades. Corazones rotos. Corazones reconstruidos. Planes de escape. Música. Gente que se fue y gente que llegó (para quedarse, espero). Despedidas. Reencuentros. 525 600 minutos bien o mal utilizados. Por eso, a continuación escribo sobre los 10 momentos más importantes de este año en mi vida, sin orden particular.
Butch.
Este año murió mi perro. El más bonito del mundo. Hicimos todo para cuidarlo y curarlo, pero al final se fue, tranquilo, en el patio donde creció, a unos pasos de su cama. Ya pasaron más de 8 meses y todavía pienso en él todos los días. No sé si estaré lista para otro perro, porque duele mucho perderlo, pero, como con todos los otros tipos de corazón roto, éste también se cura con el tiempo.
Mashenka.
Derivado del punto anterior, unas semanas después de que muriera mi perro, una gata callejera empezó a meterse al patio de mi casa. Descubrimos que estaba embarazada y eventualmente nos encargamos de cuidarla y de encontrarle hogar a sus gatitos. Después la llevamos a operar para que no tenga más camadas. Y se fue quedando. Ahora vive en una habitación donde tiene su propia cama. Tiene juguetes, un arenero y es dueña y señora del patio delantero. No estoy acostumbrada a los gatos, pero supongo que no lo estamos haciendo tan mal.
Canadá.
A finales de marzo viajé a Toronto para una visita a Pinewood Studios, donde se filmaba en ese momento la próxima película de Guillermo del Toro, Crimson Peak. Aproveché para visitar a César, uno de mis mejores amigos de toda la vida, quien ahora vive y trabaja en esa ciudad maravillosa. Toronto me fascinó y en ese viaje hice amigos geniales – además de cumplir un sueño increíble. Lo que me lleva a...
Guillermo del Toro.
Una de mis metas profesionales desde que decidí dedicarme al periodismo era entrevistar a Guillermo del Toro y escribir un reportaje al respecto. Creí que me tomaría años, tal vez décadas, pero aventándome un poco a lo loco, conseguí este sueño en 2014. Empecé a trabajar en el reportaje el año pasado, con el apoyo de mi entonces editor, Guillermo Osorno y con un empujoncito de mi amigo Carlos Durbán (¡gracias eternas!). Fueron meses de reporteo, entrevistas, investigación, libros enviados desde España, trámites en la embajada canadiense... y el fantástico equipo de DelToroFilms.com me puso en el lugar correcto en el momento correcto. El perfil salió en la Gatopardo de octubre y a finales de mes pude entregarle en la mano a Del Toro un ejemplar de la revista durante la conferencia de The Book of Life (¡gracias, Stivi my dear!). Dijo "¡Lo leí en internet! Quedó muy bien". En algún punto intermedio tuve la oportunidad de colaborar como panelista en DelToroCon, una convención en línea para los fans de la vida y obra de Guillermo del Toro. Todo esto fue fantástico. Y lo mejor, creo, es que cumplí una de las metas de mi vida... a los 25 años. Nuevas metas, entonces. Necesito nuevas metas.
Chicago.
Una tarde me volví loca y compré boletos para el Riot Fest, en Chicago: un festival de punk con las mejores bandas de todas las variantes del género. Cambié mis boletos de San Diego por un vuelo a Chicago, con escala en Guadalajara, el fin de semana de la Independencia de México. Conocí a nuevos amigos, vi a bandas geniales y aprendí mucho de mí, de la ciudad y de la música. Me encanta Chicago. Y necesito volver a este festival.
La Hora Libre.
Este proyecto cuenta ya casi tres años. Y aunque tiene sus altas y sus bajas, es un lugar fantástico que disfruto con todo mi ser. Gracias al equipo por resistir a pesar de todo.
Y al final, pero no menos importante (¡al contrario!)...
Memo.
Mi novio. Este año conocí a Memo. Y su existencia en mi vida me hace feliz. No pude haber encontrado a alguien más inteligente, nerd, geek, fantástico, punk, straight edge, listo, ingenioso, genial... en fin... que lo adoro. Hace que mis días sean mejores.
Dicho lo anterior... ¡Feliz 2015! Que tengan todos ustedes un bonito final de año y un fantástico inicio del siguiente.
Escribo desde que descubrí que se podía. Aquí va de todo: mis obsesiones, mis detrás de cámaras, mis experimentos.
martes, diciembre 30, 2014
Bye, bye, 2014!
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martes, diciembre 09, 2014
Podcasts que estoy escuchando
¡Bienvenida al siglo XXI, Marcela! Tardé años en empezar a descargar podcasts.
Soy una consumidora de medios con hábitos definidos: Compro pilas de libros siempre que puedo y los leo conforme pasa el año (leo mucho en mis traslados), compro música directo de mis bandas favoritas (ya sea digital o en formato físico), veo religiosamente mis series favoritas conforme son transmitidas en televisión (a menos que sea una serie vieja y entonces compro los DVDs), escucho poca radio en vivo porque me muevo en transporte público, veo algunas películas en funciones de prensa y otras (las que no son del target de mi medio) las veo en fin de semana de estreno en alguna sala comercial, sólo compro revistas cuando tratan un tema específico de mi interés (o cuando la portada me atrapa)... en fin. It goes on and on.
Crecí con Internet. Tuve acceso a la red desde chica a través de la computadora del trabajo de mi mamá. Usaba ese mágico recurso para hacerme de una colección de imágenes relacionadas con Sailor Moon, Ranma 1/2 y, en algunos casos, Dragon Ball. Años después tuvimos computadora en casa y aprendí a descargar música (todavía tengo los primeros mp3 que bajé con Napster), videos, etcétera. Miles de megabytes fueron adquiridos de una u otra forma para crecer mi colección de contenidos. Música, series, películas, libros. Después descubrí los blogs. Abrí este blog. Este blog cumplirá 10 años en 2015. A veces no sé si me leen, si los clicks llegan por alguna extraña coincidencia, o si por ahí existe algún lector que de hecho se alegra cuando publico (si sí, gracias, me hacen el día). Empecé a leer blogs (te extraño, Google Reader) y me hice asidua de varios autores (mi cuenta de Bloglovin' me mantiene al tanto de mis 79 suscripciones). Me negaba a suscribirme a canales en YouTube: no tengo tiempo para ver videoblogs. Hace más de un año me tragué mis palabras gracias a dos grandes temas que ocupan una parte importante de mis suscripciones en YouTube: ASMR (se merece su propio post) y tutoriales de belleza y moda (sí, es en serio). Este diciembre le llegó el momento a un formato al que no me decidía a adherirme (a pesar de haber producido algunos yo misma para la revista donde trabajo): LOS PODCASTS.
La culpa parcial de esta situación recae en que mi fiel iPod Touch primera generación (que le compré de segunda mano a mi amiga y colega periodista Cynthia Modesto, con mis primeros ahorros de becariato en Editorial Mapas) ya dio de sí y me quedé en el limbo entre "no puedo llevarlo a reparar" y "necesito el aguinaldo para comprarme uno nuevo". Yo, persona obsesionada con la música, me quedé sin reproductor portátil. El asunto no era taaaan grave al principio, así que tomé libros que tenía pendientes (Anansi Boys de Neil Gaiman fue una de esas gratas lecturas), pero conforme pasaron los días empecé a desesperar: leer en el metro puede ser complicado, especialmente si traes en las manos libros como Winter's Tale (Mark Helprin, alrededor de 800 páginas). Entonces llegó a mi vida, a punta de verlo mencionado en línea, el podcast que causó sensación en Estados Unidos: Serial.
Así que... podcasts que estoy escuchando:
Pueden descargarlo aquí.
Pueden descargarlo aquí.
Conforme encuentre más podcasts interesantes, los compartiré con ustedes. Por ahora, es todo.
Soy una consumidora de medios con hábitos definidos: Compro pilas de libros siempre que puedo y los leo conforme pasa el año (leo mucho en mis traslados), compro música directo de mis bandas favoritas (ya sea digital o en formato físico), veo religiosamente mis series favoritas conforme son transmitidas en televisión (a menos que sea una serie vieja y entonces compro los DVDs), escucho poca radio en vivo porque me muevo en transporte público, veo algunas películas en funciones de prensa y otras (las que no son del target de mi medio) las veo en fin de semana de estreno en alguna sala comercial, sólo compro revistas cuando tratan un tema específico de mi interés (o cuando la portada me atrapa)... en fin. It goes on and on.
Crecí con Internet. Tuve acceso a la red desde chica a través de la computadora del trabajo de mi mamá. Usaba ese mágico recurso para hacerme de una colección de imágenes relacionadas con Sailor Moon, Ranma 1/2 y, en algunos casos, Dragon Ball. Años después tuvimos computadora en casa y aprendí a descargar música (todavía tengo los primeros mp3 que bajé con Napster), videos, etcétera. Miles de megabytes fueron adquiridos de una u otra forma para crecer mi colección de contenidos. Música, series, películas, libros. Después descubrí los blogs. Abrí este blog. Este blog cumplirá 10 años en 2015. A veces no sé si me leen, si los clicks llegan por alguna extraña coincidencia, o si por ahí existe algún lector que de hecho se alegra cuando publico (si sí, gracias, me hacen el día). Empecé a leer blogs (te extraño, Google Reader) y me hice asidua de varios autores (mi cuenta de Bloglovin' me mantiene al tanto de mis 79 suscripciones). Me negaba a suscribirme a canales en YouTube: no tengo tiempo para ver videoblogs. Hace más de un año me tragué mis palabras gracias a dos grandes temas que ocupan una parte importante de mis suscripciones en YouTube: ASMR (se merece su propio post) y tutoriales de belleza y moda (sí, es en serio). Este diciembre le llegó el momento a un formato al que no me decidía a adherirme (a pesar de haber producido algunos yo misma para la revista donde trabajo): LOS PODCASTS.
La culpa parcial de esta situación recae en que mi fiel iPod Touch primera generación (que le compré de segunda mano a mi amiga y colega periodista Cynthia Modesto, con mis primeros ahorros de becariato en Editorial Mapas) ya dio de sí y me quedé en el limbo entre "no puedo llevarlo a reparar" y "necesito el aguinaldo para comprarme uno nuevo". Yo, persona obsesionada con la música, me quedé sin reproductor portátil. El asunto no era taaaan grave al principio, así que tomé libros que tenía pendientes (Anansi Boys de Neil Gaiman fue una de esas gratas lecturas), pero conforme pasaron los días empecé a desesperar: leer en el metro puede ser complicado, especialmente si traes en las manos libros como Winter's Tale (Mark Helprin, alrededor de 800 páginas). Entonces llegó a mi vida, a punta de verlo mencionado en línea, el podcast que causó sensación en Estados Unidos: Serial.
Así que... podcasts que estoy escuchando:
Serial
Producido por This American Life y WEBZ Chicago, Serial consiste de episodios semanales de entre 45 y 50 minutos durante los cuales se narra una historia de no ficción. En esta primera temporada, la periodista Sara Koenig y su equipo de producción investigan el caso de Adnan Sayid, un joven pakistaní condenado a cadena perpetua por el asesinato de su novia Hae Min Lee, en enero de 1999. Lo fantástico de esta serie es su construcción narrativa y el trabajo de investigación detrás de la historia. Koenig es una excelente narradora y su estilo me enganchó tanto (además de que el caso es sumamente intrigante) que escuché los 10 episodios disponibles en un fin de semana. Este jueves saldrá el episodio 11 titulado "Rumores". La segunda temporada de Serial seguirá una historia distinta y su producción fue asegurada a través de crowdfunding.Pueden descargarlo aquí.
Gilmore Guys Show
Kevin Porter y Demi Adejuyigbe ven y comentan cada episodio de la serie Gilmore Girls (de la que, como saben, soy MUY FAN. Son dos hombres hablando de un programa eminentemente femenino y feminista. Apenas escuché el primer episodio, pero creo que me tienen atrapada. Su humor es ligero, divertido y se toman en serio (y no) lo que están haciendo.Pueden descargarlo aquí.
Amanda Palmer's The Art of Asking
No es un podcast: es un audiolibro. Amanda Palmer escribió este libro partiendo de su famosa charla TED sobre las nuevas formas de financiar proyectos artísticos: pidiéndole ayuda a los fans (es más complicado, pero ésa es la definición simple). Karina Cabrera me mostró la primera parte del libro y entre la producción y la voz de Amanda... ahora necesito escuchar el resto. Todavía no lo compro, pero definitivamente está en mi lista de lecturas de invierno.Conforme encuentre más podcasts interesantes, los compartiré con ustedes. Por ahora, es todo.
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